En la lista negra del cine

AutorErnesto Diezmartínez

En algún momento de su carrera, Frank Darabont tenía que dejar de hacer películas basadas en novelas de Stephen King. El momento, por desgracia, ya llegó. Después de dos filmes bastante apreciables adaptados de novelas de King (Sueño de Fuga y Milagros Inesperados), Darabont nos entrega su tercer filme, el laaaaaaargometraje titulado El Majestic (The Majestic, 2001), una chantajista y contradictoria película sobre la grandeza del espíritu americano, la maldad de los políticos y el vulgar comercialismo hollywoodense. Ajá.

Los primeros minutos del filmes son los mejores. Aparece Jim Carrey en primer plano mientras un grupo de ejecutivos hablan sobre los cambios que deben hacerse a una película. Cada uno sugiere diferentes alternativas y cada cambio propuesto es más ridículo que el anterior. La cámara permanece fija en el impasible rostro de Carrey quien, luego sabremos, es el guionista de la película que los ejecutivos están discutiendo. Al final de la escena, Carrey balbucea que las idiotas "sugerencias" que han propuesto los ejecutivos fuera de cuadro le parecen "maravillosas". Este prólogo es lo más cercano a algo inteligente que tiene El Majestic, un filme que resulta apenas soportable en su primera hora y media para convertirse en una auténtica calamidad en su última hora.

Hollywood, principio de los 50, en plena cacería de brujas. Un joven guionista de b-movies, Peter Appleton (Jim Carrey en plan "serio"), es acusado de comunista por los achichincles de McCarthy, por lo que pierde su novia, su empleo y, según love, su vida. Briago, toma su descapotable rumbo a la carretera para terminar, con todo y auto, cayendo al mar. Al día siguiente Pete aparece sin identificación (¡y sin memoria!) en la playa de un pueblito californiano cuyos habitantes (que son tan insoportablemente...

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