Línea 10

UNA bomba prometen hacer estallar los rosaristas.

Dicen que ya basta de tantos ataques a la ex jefa de gobierno, y que en unos días más tendrán la respuesta que se merecen sus detractores.

Todo indica que este fin de semana habrá reunión emergente de todo el equipo de Robles para afinar la estrategia que echarán a andar a partir del martes próximo.

Cuentan que han habido intensas reuniones con ex colaboradores de la coahuilense para cuadrar los números de las irregularidades que se les imputan, y que el asunto va saliendo.

Que no dejarán golpe sin respuesta y que muchos de los que se han unido al linchamiento político de Chayo lo lamentarán.

Si tan seguros se sienten de librarla es porque hablarán el martes con los pelos de la burra en la mano.

Cuando menos eso espera el respetable, porque si salen con otro choro la cosa no cambiará mucho.

POR cierto, en la defensa de Chayo han habido varias decepciones.

Una de ellas es la de los seguidores de Carlitos Imaz, el ex aguerrido dirigente del CEU.

Quienes lo conocen todavía recuerdan su habilidad para presionar, negociar y sobre todo su agilidad mental para el discurso y la improvisación.

Esas acciones le hicieron ganarse un lugar preponderante en la lucha estudiantil de los 90.

Lo triste, dicen quienes lo conocen, es como, desde que entró formalmente a la política, su figura se ha ido apagando irremediablemente.

Como dirigente del PRD capitalino, Imaz ha sido tal vez el más gris de todos los que han desfilado por ahí.

Sin espacios para dónde moverse y sin fuerza alguna, está prácticamente de adorno en ese puesto. El que manda no es él.

Como luchador social su imagen es todavía peor. Nomás...

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