Línea 10

NO HAGAS cosas buenas que parezcan malas...

Cuando a principios de los 90 algunos distinguidos vecinos de la Miguel Hidalgo abrieron un fideicomiso de apoyo, nadie pensó que a la larga se pudiera revertir.

Si bien es cierto que en esa demarcación habitan los más ricachones del país, también lo es que existen varias colonias miserables.

Ese contraste hizo que, a iniciativa de los vecinos, con el apoyo de la entonces delegada Margarita González Gamio, se organizara la vaquita.

Fue así como se logró la restauración de parques, escuelas y créditos para vivienda.

Todo caminó sobre ruedas en ese sexenio, y nada mal comenzó con el mandato zedillista.

El entonces delegado Oscar Elizundia siguió con el apoyo al fideicomiso, y para hacerlo más transparente todavía invitó a la Cruz Roja.

El dinero se aplicaba en obras y otras acciones, sin necesidad de que el delegado intervenir en lo absoluto. Esa era la transparencia.

Pero luego llegó María Esther Sherman...

CUANDO Elizundia fue dado de baja por el entonces regente Oscar Espinosa, el fideicomiso se vino abajo.

La organización vecinal de la zona, que además de politizada es bastante celosa, no logró hacer clinch con la nueva delegada y el asunto bajó de tono.

Del citado fideicomiso poco se volvió a saber hasta que ahora sale a la palestra el donativo de un millón de pesos por parte de empresarios discotequeros que se dicen engañados.

Se quejan, y ahora acusan penalmente al delegado Arne Aus den Ruthen de haberles exigido un millón de pesos para darles los permisos de funcionamiento de la disco Lima Lite.

Sólo que ese dinero, que efectivamente fue entregado, ni siquiera lo vio el...

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