Línea 10

UNA ESPECIE de delirio de persecución invade al equipo de Cuau.

Luego de que se descubrieran cámaras y micrófonos ocultos en la oficina de Rosario Robles, todos los funcionarios se sienten vigilados.

Por lo pronto, ya el oficial mayor, Jesús González Schmal, anunció que en breve iniciarán una revisión a fondo de todas las oficinas, en busca de micrófonos.

Pues qué bueno que lo anuncia, porque pone sobreaviso a los espías y les da chance de borrar huellas.

El nerviosismo se expande hasta la Asamblea del DF, donde también se disponen a peinar oficinas para despejar dudas.

El respetable se pregunta si eso del espionaje será nuevo.

Porque desde siempre han existido las líneas intervenidas, y como que nadie había hechos mayores panchos.

Y no es que esté bien, desde luego, pero eso de revisar cada ladrillo de los edificios, un buen billete costará.

A lo mejor no estaría tan mal poner a investigar a la policía y llegar hasta el fondo del asunto, en ves de contratar albañiles para derribar muros.

AHORA QUE LO GRAVE es que ya el gobierno de Cuau está lanzando acusaciones sin ton ni son.

¿Cómo está eso de que González Schmal dice a los cuatro vientos que el espía mayor es Manuel Aguilera y no presente ninguna prueba de sus dichos.

Y también, ¿cómo es posible que al líder priísta le hagan esas acusaciones tan graves y no demande al responsable?

Ya chole que cada semana el gobierno del DF haga un escándalo por cualquier cosa y después todo quede en palabras.

La gente ya se empieza a cansar.

Cuau hace como que se pelea con el gobierno federal, con el PRI y con los ex funcionarios del DF, y luego se echa para...

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