Limpian en 3 horas destrozos de paristas

AutorMirtha Hernández y Jonás López

Las huellas de los 12 días que la Rectoría de la UNAM estuvo bajo el control de un grupo de encapuchados, fueron borradas casi de inmediato tras el desalojo.

Decenas de trabajadores llegaron al inmueble para iniciar con las labores, sobre todo para limpiar el lugar, sustituir vidrios rotos y levantar registros de los daños.

Primero, personal de patrimonio universitario llegó para tomar nota y fotos de las áreas afectadas, incluyendo el mural de David Alfaro Siqueiros, que cada noche recibió el calor de la fogata que prendían los encapuchados.

Luego, siguieron pintores que borraron las leyendas colocadas en los vidrios de la Rectoría y las consignas que en muros y ventanas escribieron los inconformes.

Más de una docena de trabajadores también entró con escobas y bolsas para retirar papeles, periódicos, residuos de alimentos, botellas de cervezas, refrescos que se consumieron en el interior de la Torre.

En primera instancia sacaron la basura en bolsas hacia la explanada, pero ante la cantidad de residuos acumulados en las casi dos semanas, se optó por acercar un camión de la basura para que retirara los desechos.

Trabajadores refirieron que la Torre se encontró en muy sucia.

Incluso, al momento en que se abrieron las puertas del basamento para que ingresaran reporteros y camarógrafos a la sala de prensa a escuchar el pronunciamiento del Rector José Narro, salió un hedor de la Torre, el cual indicó que en esos 12 días los ocupantes hicieron sus necesidades fuera de los baños.

Del asta bandera, en cuestión de minutos, también se pintó de gris la leyenda que el martes...

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