Liga maldad con el poder

AutorJorge Ricardo

En África Jon Lee Anderson, el corresponsal de guerra de The New Yorker, se entrevistó con

Johnson Sirleaf, el senador más antiguo de Liberia, acusado de torturar hasta la muerte al presidente Samuel Doe, en 1990. Johnson ordenó que le cortaran las orejas, lo obligó a que se comiera una y se cree que él se comió la otra.

"¿Está limpia su conciencia", le preguntó cuando lo tuvo enfrente. Sirleaf se justificó con una historia como las que seguramente Lee Anderson había escuchado antes: Doe había matado a su pueblo, él había agregado más horror al horror.

"La cuestión tribal, más el nacionalismo, ha sido un lastre en África, agudizado por el tráfico de miles de armas de los países industrializados", dice Lee Anderson desde Londres, a través de Skype. Él nació en California, en 1957. De adolescente, en 1971, hizo su primer viaje a África, precisamente a Liberia; entonces tenía 14 años y el continente salía del periodo independentista.

La vez que volvió fue en 1986, y él ya era reportero. Lo que halló fue muy distinto.

El cambio entre una África y otra lo registra en la antología de crónicas La Herencia Colonial y Otras Maldiciones (Sexto Piso). Son 10 textos, aparecidos en The New Yorker entre 1998 y 2012 sobre países que fueron colonias.

Pasada la guerra fría, Lee Anderson relata las luchas internas por el poder, como la de Sirleaf, que obligó a Doe a comerse su propia oreja.

"Los revolucionarios armados de ayer...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR