El lienzo de lo árido

AutorNayla V. Magaña

Como si se tratase de un imán, la vida en el desierto presupone un gran encanto.

El clima extremo, la aridez y la sequía, condiciones aparentemente poco favorables para mantener una vida convencional, se conjugan con el único afán de construir y apropiarse de la poética de este espacio.

En esta edición, aunque en la misma o diferente latitud, tres propuestas residenciales presumen diversas soluciones volumétricas y conceptuales que, de alguna forma, ponen a prueba las posibilidades de construir en la inhóspita tierra de las dunas y los llanos.

Con soluciones que implican mediar entre el terreno y su endémica vegetación, paliar el clima extremo teniendo como aliadas las ventiscas y la orientación del sitio, los proyectos develan que al más ferviente deseo arquitectónico corresponde siempre la más sensata resolución de diseño anteponiendo las bondades naturales.

RINDE TRIBUTO AL DESIERTO

DANCING LIGHT HOUSE

· Kendle Design Collaborative

· Phoenix, Arizona

Contrario a lo que podría suponer que implica construir dentro de este bioma, la propuesta abraza al entorno circundante: el desierto de Arizona, en Paradise Valley.

Dispuesta sobre un terreno de 520 metros cuadrados, el primer rasgo que evidencia este gesto es la resolución de una planta, una decisión que puede leerse como una intención de recato en su altura y no confrontarse con las elevaciones montañosas del sitio.

El objetivo de diseño es claro, pues la configuración del proyecto aprovecha la disposición del terreno para que la casa, en cada una de sus estancias, reciba el tránsito de la luz del sol, de ahí el origen del nombre de la residencia.

Desde una mirada contemporánea, reinterpretando la tectónica del lugar, esta casa rinde tributo al sitio.

"La característica distintiva es su techo flotante, cuya parte inferior se compone de formas inspiradas en la geología local y las formaciones de nubes monzónicas", platicó Brent Kendle, cabeza de la firma Kendle Design Collaborative.

CONSTRUYE SENSACIONES

La concepción de esta elevación se apoya en dos planos de techo, proyectados desde la base de la casa para formar un voladizo masivo. Yuxtapuestos uno sobre el otro para que sus extremos puntiagudos encuentren la sombra necesaria, el patio social se sitúa junto a la piscina.

"Más que una simple escultura y protección contra los elementos, este dosel equilibra el deseo del propietario por la grandeza y la comodidad, comenzando en los espacios interiores y elevándose dramáticamente hacia la vista de la montaña de 180 grados", describió Kendle.

El ritual de bañar la construcción de luz prosigue aun en detalles...

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