Libran ataque mexicanos en Boston

AutorRafael Mathus Ruiz

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BOSTON.- Juan Gusmán, de 61 años, se preparaba para terminar el Maratón de Boston en poco más de cuatro horas, tiempo habitual en que completa este tipo de carreras.

Estaba a unas cuadras de la meta cuando vio una explosión delante suyo. Unos segundos después, llegó el segundo estruendo, y dos policías lo aventaron del otro lado de las vallas.

Si Gusmán, maratonista desde hace años, hubiera corrido un poco más rápido, probablemente no habría podido volver al lugar de la carrera.

"En cinco minutos se pueden hacer muchas cosas. En dos minutos, un minuto, en unos segundos, pasan tantas cosas. Pero no por eso... vamos para adelante; no podemos dejar que eso nos haga dejar de vivir como vivimos", dijo a REFORMA este mexicano-estadounidense, cuya familia llegó a Estados Unidos desde Jalisco.

Gusmán y su novia volvieron ayer a la calle Boylston, en la esquina con Arlington, donde se apiñaron los canales de televisión y desde donde todavía se podía ver sobre la calle los rastros de la carrera que terminó en tragedia.

"Está triste la cosa. Ayer (lunes) pasaron frente mío un señor en una silla de ruedas que había perdido las dos piernas de la rodilla para abajo. Otro señor, como 10 segundos después, también en silla de ruedas, había perdido una rodilla. Señores y señoras con sangre.

"Hoy (martes) en la mañana, en las noticias veo que hay gente más grave. Está triste la cosa. Hay mucha gente mala en este mundo, no estamos creyendo en Dios", se resignaba Gusmán.

Celia Aguilar, mexicana de Toluca de 48 años, trabaja en Boloco, un restaurante de burritos ubicado frente al Jardín Público de Boston, que está a poco más de tres cuadras de la meta.

Dentro del restaurante, ella dice que no escuchó nada y que se enteró cuando la gente comenzó a ingresar al lugar alterada y checó las noticias.

Su hija, Carla, estaba mucho más cerca de las explosiones, en el Prudential Center que está cerca de la Plaza Copley.

"El impacto ella sí lo sintió. Ella estaba en su descanso y sintió cuando se sacudió el edificio porque estaba cerquita. Pensó que eran las construcciones. Después llegó aquí, conmigo, muy...

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