Liberar el potencial de la tecnología sanitaria para todos

Fecha de publicación25 Octubre 2023

Por Mariana Mazzucato

Una gran lección de la pandemia de Covid-19 fue que las tecnologías de ARNm no alcanzarán todo su potencial a menos que adoptemos un enfoque que dé prioridad al acceso equitativo y al bien común. Eso significa cambiar fundamentalmente nuestra forma de pensar sobre las asociaciones público-privadas y la propiedad intelectual en el ámbito de la atención sanitaria

LONDRES – Los casos de Covid-19 están aumentando nuevamente, lo que ofrece un crudo recordatorio de las lecciones que deberíamos haber aprendido de oleadas anteriores. Lejos de limitarse al covid, la mayoría de estas lecciones se aplican a las amenazas de enfermedades infecciosas en general.

La pandemia demostró que tenemos la capacidad científica y de fabricación para desarrollar y producir en masa rápidamente vacunas seguras y eficaces frente a nuevas amenazas. Pero el éxito de las vacunas contra el Covid-19 también reflejó dos décadas de esfuerzos incansables por parte de científicos del mundo académico y del sector privado; y cuando llegó el momento de la verdad, una inyección oportuna de fondos públicos llevó ese trabajo hasta la meta.

Si hubo una tecnología que desempeñó un papel especialmente fundamental, fue el ARNm (o ARN mensajero), que ofrece un nivel de adaptabilidad y escalabilidad que lo hace muy adecuado para la preparación y respuesta ante pandemias (PPR). Ya se están probando vacunas y tratamientos de ARNm para una amplia variedad de enfermedades, y se están realizando esfuerzos para ampliar la usabilidad de la tecnología (por ejemplo, mejorando su estabilidad de temperatura). Cuando llegue la próxima epidemia viral, lo más probable es que las vacunas de ARNm sean la primera solución.

Pero aunque este avance científico salvó innumerables vidas durante la última pandemia, los beneficios no se repartieron equitativamente. Un año después del lanzamiento de las vacunas contra la Covid-19, aproximadamente el 73% de las dosis administradas se concentraron en países de ingresos altos y medianos altos, mientras que solo el 0.9% había llegado a países de ingresos bajos.

Esta disparidad fue aún más pronunciada en el caso de las vacunas de ARNm, que se utilizaron principalmente en países ricos que inicialmente acumularon suministros. Mientras tanto, las empresas farmacéuticas mantuvieron un estricto control sobre las licencias y la producción, lo que les permitió obtener ganancias asombrosas.

Entonces, otra lección de la pandemia es que la...

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