Liberan a Nobel birmana

AutorÁngel Villarino

Corresponsal

BEIJING.- La opositora birmana Aung Sang Suu Kyi, Premio Nobel de la Paz 1991, regresó ayer a la calle después de ocho años de arresto domiciliario, pero se desconoce el margen de maniobra política que le darán los Generales del régimen militar.

Los asiáticos, por lo general, envejecen mejor que los occidentales. Aún así, sorprende la frescura de Aung Sang Suu Kyi quien, a sus 65 años y después de haber pasado 15 de los últimos 21 bajo arresto domiciliario, fue recibida ayer por unos 3 mil seguidores en la puerta de su casa, frente al lago Inya, de Rangún.

Su médico asegura que la salud de la Dama, como la conocen sus paisanos, se ha resentido mucho en los últimos tiempos, de modo que crecía la curiosidad por saber cómo lucía el ícono de la lucha por la democracia birmana. Sus últimas fotografías públicas tenían casi ocho años, el tiempo que ha durado este último arresto, que concluyó ayer.

Excepto por alguna arruga y a pesar de su extrema delgadez, Sang Suu Kyi no ha cambiado demasiado y promete retomar la lucha que empezó a finales de los 70, cuando regresó a Myanmar desde el extranjero dispuesta a seguir los pasos de su padre, considerado el gran héroe de la independencia.

Por lo pronto, la Junta Militar ordenó retirar la barrera policial que mantenía delante de su vivienda y firmó su liberación. Algunos analistas creen que los Generales ya no tenían más excusas para extender el arresto de la activista.

No está claro cuál es la postura ni los planes de la Junta Militar, que no ha emitido ni siquiera un comunicado sobre la decisión. Nadie descarta que Suu Kyi vuelva a ser encerrada.

Esta confusa "libertad condicional" es algo con lo que Sang Suu Kyi está familiarizada, pues la ha vivido varias veces en las dos últimas décadas.

Después de una larga jornada de incertidumbre, la Dama asomó por la tarde tras la verja de su casa y dedicó unas palabras a sus seguidores, a quienes pidió que esperen el discurso que dará hoy.

"Si trabajamos en unidad, lograremos nuestro objetivo. Tenemos mucho que hacer", afirmó.

Birmania, rebautizada como Myanmar por la dictadura y donde se celebró una farsa electoral el pasado domingo, está inmersa en un turbio proceso democrático que la mayoría de los observadores considera un fraude para perpetuar el régimen.

Sin embargo, esta transición desde un régimen militar hacia una falsa democracia podría...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR