Leyenda Personal / Proverbios de los Pirineos

AutorPaulo Coelho

Paso por lo menos tres meses al año en una ciudad llamada Tarbes, junto a la cordillera de los Pirineos. Recientemente, decidí recoger algunos proverbios de la región. Como en la mayoría de los casos es imposible identificar al autor, he escrito el nombre de quien me lo relató:

-Cada vez que muere un viejo africano, es como si ardiera una biblioteca entera (Anónimo, recogido por Malika).

-Todo el mundo quiere conocer el Paraíso, pero nadie quiere morir (Nam).

-Las mujeres son como los continentes: a los 20 años son América, porque todos sueñan con conocerla, y los que lo consiguen raramente resultan decepcionados. A los 30 años son Europa, sabias y llenas de madurez. A los 40 años son Asia, envueltas en promesas y misterio. A los 50 años son Africa, que todo mundo sabe dónde está, pero nadie quiere visitar ( Alain Niah-Kyn, en uno de los proverbios más políticamente incorrectos que jamás he oído).

-Por mucho que odies a las liebres, tienes que reconocer que corren muy rápido (Antoine Lux).

-Si dos cocineros se encargan de la misma sopa, les saldrá o bien muy salada, o bien muy sosa (Daniel Labardere).

-El que vive diciendo "yo no tengo por qué aprender eso", terminará descubriendo la frase "ojalá supiera..." (Allen Tannu).

-La vida es como ir en bicicleta: sólo nos caemos cuando dejamos de pedalear (Frederic Bonomelli).

-La historia no está hecha de aquello que recordamos, sino de aquello que queremos olvidar (Jacques Laffite).

-Sólo el cabrito muerto no teme al puñal (Anónimo).

-Quienes no saben por qué aman son quienes realmente saben amar (Sylvie Pinta).

-Si nunca te atreviste a atravesar un río, no te rías de los que se mojaron al intentarlo (Un viejo en Argeles-Gazost).

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