La Ley Dong

AutorJorge Alcocer V.

Mi amigo Dong Nguyen me explicó en 1994 lo que desde entonces yo denomino, en su honor, como la "Ley Dong", que expresada de forma breve consiste en que el mejor resultado para la autoridad electoral es que gane la oposición y que lo haga con un amplio margen. No fue así en aquel año, y sin embargo la noche de la elección el opositor de más elevada votación (Diego Fernández de Cevallos, del PAN) reconoció que las tendencias no le eran favorables. En el Consejo General del IFE, entonces aún presidido por el secretario de Gobernación (Jorge Carpizo), los consejeros ciudadanos y los representantes de partidos validaron las tendencias que mostraba el conteo rápido, realizado por vez primera en nuestra historia electoral; el PREP, también primero en la historia, confirmó horas más tarde lo anticipado en el ejercicio demoscópico. Pese a los traumáticos acontecimientos de los meses anteriores, esa noche los mexicanos pudimos dormir tranquilos.

Seis años más tarde (2000) la Ley Dong se cumplió a pie juntillas: ganó la oposición (PAN) y lo hizo con un margen indiscutible (Vicente Fox superó a Francisco Labastida por casi 7 puntos porcentuales). La noche de la elección, después que el presidente del IFE dio a conocer las tendencias de resultados que arrojaba el conteo rápido, el presidente de la República (Ernesto Zedillo) atropelló al candidato de su partido para aparecer primero en red nacional de TV y reconocer la victoria de Vicente Fox. Por orden presidencial, la transmisión en vivo del mensaje del candidato del PRI, Francisco Labastida, reconociendo su derrota, fue interrumpido abruptamente para dar paso al mensaje presidencial.

Alguna vez comenté con José Woldenberg, entonces presidente del IFE, que el generalizado reconocimiento a la autoridad electoral en la elección del año 2000 obedeció más a la derrota del PRI que al trabajo realizado por la autoridad electoral. Sigo pensando que si la noche del 2 de julio de 2000 Woldenberg hubiese anunciado la victoria de Labastida, no la de Fox, lo que se habría vivido en los días y semanas siguientes habría sido la ácida crítica al IFE. De hecho, la larga luna de miel vivida entre la autoridad electoral y la opinión pública (1997-2003) tiene como explicación principal las derrotas del PRI, primero al perder la mayoría absoluta en la Cámara de Diputados (1997), luego en la derrota presidencial del 2000 y finalmente en el hecho de que en 2003, aunque volvió a ser el partido más votado a nivel nacional...

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