La República de las Letras
| Autor | Humberto Musacchio |
Junta López Obrador Educación y Cultura
Sin publicidad, Andrés Manuel López Obrador envió a la Asamblea de Representantes un proyecto de ley para la creación de la Secretaría de Educación y Cultura. La mayoría perredista analizó el documento y acordó devolverlo al remitente, pues unos temen que al reunir ambos rubros la cultura acabe por ser más relegada de lo que ahora está; de ahí que la mayoría se manifieste por crear una Secretaría de Educación que nada tenga que ver con la Cultura. López Obrador no es hombre que renuncie fácilmente a sus proyectos y seguramente reenviará la iniciativa, pues le resulta vital preparar a su Gobierno por si en el 2004 el Gobierno foxista le entrega presupuesto y otros recursos, pues parece que la educación ya está en manos de los estados y para cerrar el proceso de descentralización sólo falta que la SEP haga la transferencia al Gobierno del Distrito Federal. El asunto tiene dos aspectos de primordial importancia para un político sagaz como López Obrador: uno es que el presupuesto educativo del DF equivale al total del gasto capitalino en todos los rubros; el otro es que, en la Ciudad de México, tres de cada cinco miembros del SNTE pertenecen a alguna de las corrientes de oposición agrupadas en la Coordinadora magisterial, y de éstos la mayor proporción pertenece al PRD o vota por este partido. Se dice que al empezar el sexenio, Fox estuvo de acuerdo en pasar los servicios educativos capitalinos al Gobierno local, pero lo impidió la fuerte oposición de los dirigentes sindicales. Hoy, con Elba Esther Gordillo en desgracia -al menos eso creen sus enemigos-, se estima que AMLO puede conseguir que se apruebe la transferencia, que tendría que estar concluida antes de empezar el año lectivo 2004/2005.
Infraestructura y burocracia austera
De concretarse la transferencia en el 2004, el Gobierno del DF tendría que contar con una estructura capaz de asumir el control administrativo de la educación y de hacerlo de inmediato, pues no habrá tiempo para experimentos ni para seguir el método de prueba y error. De ahí surgió la idea de crear la Secretaría de Educación y Cultura, que tendría como base la dependencia que actualmente encabeza Enrique Semo, pues se conoce la austeridad franciscana de López Obrador y su rechazo a la mera idea de generar burocracias. Con todo lo que tiene de loable esa actitud del Jefe de Gobierno, lo cierto es que la Secretaría de Cultura ha funcionado hasta ahora en medio de una precariedad...
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