La República de las Letras

AutorHumberto Musacchio

Que Vicente Fox nos regrese Chapultepec

Vicente Fox optó por ocupar en Los Pinos una casa menos ostentosa que la de sus antecesores y ha decidido abrir al público una parte de la residencia presidencial. Sin embargo, no será muy atractivo visitar el caserón y, en el mejor de los casos, ver algunas reliquias de sexenios pasados, como los trajes de Clavillazo de López Mateos o los colmillos postizos del Chacal Díaz Ordaz. Para los capitalinos, lo mejor sería que si ya no van a ocuparlas, nos regresaran algunas áreas del Bosque de Chapultepec, entre otras, las muchas que ocupa el Estado Mayor Presidencial, el que ha cubierto los antiguos espacios verdes de construcciones horrendas o rodeado de unas bardas que parecen escenografías de las peores películas de Juan Orol (así de espantosas son). Queda ahí la sugerencia.

La Conservaduría de Palacio, un misterio

Extraña resulta la prisa del Presidente Ernesto Zedillo por crear la Conservaduría del Palacio Nacional, a la que ya dio reglamento con fecha 9 de noviembre y el 14 del mismo mes hasta nombró conservador al arquitecto Sergio Saldívar Guerra. De acuerdo con el reglamento -dudosamente constitucional-, la Conservaduría es una "unidad administrativa de la Presidencia de la República", aunque curiosamente el arquitecto Saldívar usa en su correspondencia oficial papel membretado del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes. La nueva oficina tiene por objeto "la protección, conservación y restauración de las áreas, objetos y colecciones que se encuentren en el mismo" (en el inmueble "ubicado en el Distrito Federal, que se encuentra inscrito, con fecha 15 de julio de 1994, en el folio real número 34360 del Registro Público de la Propiedad Federal"). La Conservaduría estará integrada por dos representantes de la Presidencia de la República (lo que suena a redundancia) y uno del Estado Mayor Presidencial, las secretarías de la Defensa, Hacienda, la Contraloría y Educación, así como la Consejería Jurídica del Ejecutivo. Se trata, dice el reglamento, de proteger el edificio "conforme a la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos", aunque esa ley está precisamente para proteger inmuebles de ese carácter. Pero así es esto de los caprichitos burocráticos.

La desaparición de la Tesorería federal

Es atribución del conservador de Palacio obtener ante el INAH o el INBA los permisos para la protección, conservación y restauración de las áreas, objetos y colecciones del...

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