La República de las Letras
| Autor | Humberto Musacchio |
AMLO: saldo rojo en el rubro cultural
Andrés Manuel López Obrador dejó la jefatura de Gobierno del Distrito Federal y es oportuno referirse a su gestión en el ámbito cultural. En estos cuatro años y medio tuvo tres responsables de área: el primero fue Alejandro Aura, quien al parecer se hartó de la burocracia y la falta de dinero a las pocas semanas y optó por dejar el cargo. Le sucedió el historiador Enrique Semo, con quien se transformó el Instituto de Cultura en Secretaría, y actualmente la titular de esta secretaría es Raquel Sosa, la antigua secretaria de Desarrollo Social, removida de su cargo para dárselo a Marcelo Ebrard, que necesitaba una buena plataforma para el lanzamiento de su candidatura. Lo ocurrido en estos años se caracteriza por la entrega del Zócalo al duopolio de la televisión mercantil para que ahí, a cambio de ignoradas canonjías, presente a sus estrellitas de ocasión, en la idea de que ésa es la "cultura" que debe apoyar un gobierno que se dice de izquierda. A lo anterior hay que sumar los drásticos recortes presupuestales, el despido de la gente que trabajaba y la llegada de personajes de segunda y tercera división al ejército burocrático en el que ya estaban fuertemente enquistados algunos vividores que se dedicaron a sabotear las iniciativas más plausibles. Baste decir que entre las adquisiciones de Raquel Sosa está una señora, parece que con título de historiadora, que pasó inadvertida al frente del Museo de la Revolución Mexicana y que alguna vez pretendió incluir a Iturbide entre los héroes cuyo culto debía promover el gobierno de un partido que se hace llamar "de la Revolución Democrática".
Para leer de boleto, del éxito a la tumba
Por supuesto, hubo hechos positivos, como la Feria del Libro del Zócalo y muy destacadamente Para leer de boleto en el Metro, programa torpedeado por la incomprensión y la envidia hasta el extremo de empujar a la renuncia de su creadora, Paloma Saiz, después de que su exitoso arranque mereciera innumerables felicitaciones y la solicitud de información y asesoría de muchas ciudades de México y de otros países, deseosas de contar con una actividad cultural de altísimo nivel. Despreciado siempre por la Secretaría de Cultura, pese a que ahí se gestó, el programa contó en su despegue con el apoyo entusiasta de Javier González Garza, entonces director del Metro, y lanzó una primera antología literaria con un tiraje de 475 mil ejemplares que los usuarios del Metro tomaban al entrar a los...
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