León R. Zahar / La mezcla explosiva

AutorLeón R. Zahar

Hace algunos años publiqué un ensayo titulado "Los pecados de Occidente" en el que advertía sobre las consecuencias de la serie de errores de percepción y de política de las llamadas democracias occidentales con respecto al mundo musulmán y a los inmigrantes que profesan el Islam.

En efecto, una combinación fatal de actitud de complejo de culpa europeo frente a su propio pasado colonialista, una política de inmigración contradictoria, con consideraciones mal aplicadas de derechos humanos y, sobre todo, una total incomprensión de la cultura política musulmana han probado ser una mezcla explosiva para varios países occidentales. En pocas palabras, los gobiernos europeos han permitido la entrada masiva de inmigrantes musulmanes, una "quinta columna" islámica que ahora protagoniza un verdadero choque de civilizaciones.

Tan sólo Francia presume tener unos 5 millones de musulmanes; Alemania, el Reino Unido y otros países europeos no se quedan atrás. Son esos mismos países los que fácilmente podrían haber asimilado a cristianos orientales (coptos, asirio-caldeos, maronitas) perseguidos en países islámicos, pero en muchos casos prefirieron a los inmigrantes musulmanes.

No es de extrañar esa actitud, pues gobiernos europeos recientemente renegaron de su "identidad histórica cristiana" al promulgar la fallida Constitución Europea, rechazada por la gran mayoría de sus propios ciudadanos incluidos los franceses. Por si no fuera suficiente, la Unión Europea recién abrió sus puertas para el posible ingreso de la antítesis histórica y cultural de Europa: Turquía.

Presumir que "la mano invisible" de la educación laica, la democracia, la tolerancia y los derechos humanos, pilares de la cultura occidental, permitiría asimilar a esta población inmigrante que se aferra al Islam ha probado ser una ingenuidad. Era cuestión de tiempo para que las tensiones latentes estallaran. Se podrá argumentar que las causales son "socioeconómicas", la falta de empleo, la discriminación y segregación, incluso el racismo, pero esa es sólo una cara de la moneda. La otra cara es el choque de los valores islámicos y occidentales. Basta revisar las doctrinas recalcitrantes de los juristas musulmanes respecto a la posibilidad de "asimilación" bajo regímenes que no sean musulmanes.

Desde el siglo 14 hasta el 19, el imperio musulmán retrocede frente al empuje cristiano, primero en España y más adelante en los Balcanes y el Cáucaso. Inevitablemente, vastos islotes de población...

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