Leo se pone verde

AutorDoly Mallet

Lo conocimos en Romeo + Julieta (1996), y se volvió una mega estrella mundial en Titanic (1997), pero antes de eso Leonardo DiCaprio era un niño prodigio con una nominación al Óscar por ¿A Quién Ama Gilbert Grape? (1993) y ya había compartido pantalla con Robert De Niro en El Enemigo (1993).

Involucrado en proyectos distintos, como Eclipse Total (1995), donde interpreta al poeta homosexual August Rimbaud, o en The Basketball Diaries (1995) en el que da vida a un drogadicto, el joven californiano no buscaba fama, sino oportunidades para demostrar su talento.

Pero llegó Titanic y su vida cambió por completo.

"Me enfermé, fue terrible", contó el actor en una entrevista hace cinco años, cuando todavía peleaba contra ese barco. "No podía salir a la calle por temor a que me persiguieran. Tenía que disfrazarme, y cuando fui a Japón encontré que vendían camisetas con mi cara".

Entonces, DiCaprio tomó la decisión más importante -y la mejor- de su carrera.

Al ver que los guiones que le llegaban repetían el esquema del personaje de Jack Dawson, decidió alejarse un tiempo y considerar sólo los filmes que realmente le permitieran crecer profesionalmente.

Por eso tomó producciones arriesgadas como La Playa (2001), y después -por recomendación de De Niro- comenzó a trabajar con Martin Scorsese, lo que le dio un gran prestigio y su segunda nominación al Óscar (El Aviador, 2004).

El rubio ojiazul de 1.85 metros de estatura quiso aprovechar el lugar que se había ganado para empezar a generar conciencia social.

A diferencia de otras estrellas, Leonardo no se fue tanto por el tema del hambre en los países tercermundistas. Él quería ayudar en el ámbito ecológico: se unió al grupo de seguidores de Al Gore y su movimiento verde, pero se involucró aún más y plantó su propia semilla: La Última Hora (The 11th Hour).

La Última Hora (2007) es un documental al estilo de La Verdad Incómoda (2006) que el actor produce y en el que nos ilustra sobre el calentamiento global, sin tener vinculaciones políticas.

"Eso lo tenía muy claro, no quise dividir partidos, sino unir", explica en unas entrevistas que dio a los estudios Warner.

"Por eso hablamos de cómo en los años 70 tanto los republicanos como los demócratas trabajaron en mejorar el aire y el agua. Nosotros, como norteamericanos, debemos aprender con películas como ésta a trabajar juntos por un fin común, y esto es sólo una pequeña pieza del rompecabezas".

DEMOSTRANDO LO INDEMOSTRABLE

Uno de los mayores problemas para...

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