Legítima Defensa / Es más riesgoso casarse con separación de bienes

AutorAlfonso Verde Cuenca

Lic. Verde Cuenca: Mi esposo y yo tenemos un matrimonio de 20 años bajo el régimen de bienes separados. El único patrimonio que poseemos es la casa donde vivimos mis hijos y yo, la cual está a nombre de mi esposo. Actualmente y desde hace un año, mi esposo radica en otra ciudad por razones de trabajo.

Nuestro matrimonio ha pasado por situaciones que lo han puesto al borde del divorcio, pero de mutuo acuerdo, pensando en el bienestar de los hijos, seguimos juntos.

Mi pregunta es: ¿Hay algún recurso en nuestras leyes que proteja esa propiedad de manera que impida que sea hipotecada o vendida por él? O en todo caso, ¿existe la posibilidad de crear alguna estrategia para salvaguardar dicha casa?

Temo que mi esposo, y sin tomarnos en cuenta a nosotros, pueda hacer uso de nuestro único bien.

Esposa Insegura

R. Esposa Insegura: Existe el principio jurídico que proclama que el hombre y la mujer tienen derecho a contraer matrimonio con plena igualdad jurídica, principio que se extiende no sólo a la constitución del matrimonio, sino también a lo largo del mismo y hasta su terminación, de modo que el hombre y la mujer tengan los mismos derechos, obligaciones y cargas.

Todo lo anterior pretende, entre otras cosas, proclamar la igualdad jurídica entre marido y mujer y lograr la desaparición de los vínculos patriarcales y autoritarios que se siguen dando en el abuso del hombre para con la mujer.

Recuerdo con su caso la urgencia de poner fin a la tradicional postergación de la mujer, borrando aquellas diferencias que habitualmente le han colocado en situación de inferioridad en la vida jurídica, familiar y social. Imagino su real preocupación de perder la casa donde por necesidad vive con sus hijos.

Históricamente existe una posición de sumisión y debilidad de las mujeres en los sistemas de poder y autoridad familiares: desde el punto de vista económico, social y de las relaciones con los hijos, el empobrecimiento de las mujeres con hijos tras la separación y el divorcio está debidamente demostrado.

Su marido al no darles seguridad, al menos con la casa, se olvida de que su éxito en el trabajo se debe en gran parte a la inversión de todo su tiempo y trabajo que como esposa le ha dedicado, relevándolo de la responsabilidad y de las obligaciones de cuidar a los hijos; además, proporcionándole la ayuda material, afectiva y sicológica necesaria para dedicarse al trabajo y conseguir resultados satisfactorios.

A los hombres se nos olvida.

Es frecuente observar...

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