Leer o Morir / Narraciones extraordinarias

AutorGuadalupe Loaeza

¿Quién fue Edgar Allan Poe (1809-1849), el autor de algunos de los cuentos más fascinantes de la historia? ¿Quién era ese joven escritor que murió a punto de cumplir 40 años y que luchaba con fuerza para ser escritor reconocido y editor literario? ¿Era ese escritor sombrío y misterioso que muchos afirman, o era un hombre mundano al que le apetecía el triunfo social? Por desgracia, Poe vivió en un tiempo en que todavía no se popularizaban las fotografías, por lo que nos quedan poquísimas imágenes que nos hablan de ese autor maravilloso. Gracias a ellas podemos ver su frente amplia, su mirada penetrante y atormentada, así como su pesada gabardina que siempre lo acompañaba por sus recorridos por Boston, Virginia y Baltimore. Pero Poe viajó sobre todo con su imaginación, ya que nunca pudo conocer Inglaterra ni Francia, los sitios que más lo atraían. Cuando era joven, este maravilloso escritor era uno de los muchos lectores que esperaban la llegada de los buques ingleses con las novelas de moda y las revistas literarias.

Poe, a pesar de no haber conocido más que unas cuantas ciudades de la costa atlántica de Estados Unidos, viajó a la Luna, al pasado, por Europa, por Asia, por África y por los mares del Sur. Una de las cosas que más le gustaban era leer los diarios de viajes y las noticias que aparecían en los diarios con información de otros países. Entonces eran toda una novedad los descubrimientos de las momias egipcias, así como los relatos de viajes de Oceanía. De ahí que su gran compañera de siempre haya sido la fantasía. Cuando era niño, nada le gustaba más que saber las vidas de antiguos científicos y viejos astrónomos. La madre de Poe murió de tuberculosis cuando él tenía apenas un año. De ahí que el pequeño Edgar fuera adoptado por un matrimonio de Virginia, John y Frances Allan. Fue entonces cuando Poe encontró el amor de una familia, así que decidió llevar para toda la vida el apellido de su padre adoptivo: Allan.

Cuando era niño, su padrastro le dio de regalo de cumpleaños un telescopio. Edgar se puso feliz, desde la misma noche en que lo puso en su cuarto, señalando hacia el cielo. Entonces comenzó una relación que duró toda la vida. Dicen sus biógrafos que si se observan en un mapa las ciudades en donde estuvo Poe a lo largo de su vida y se unen con una línea, se puede ver el dibujo de la constelación que lo rigió toda la vida.

Curiosamente, Poe no era el hombre depresivo y sombrío que uno pudiera suponer. Era alegre, un gran...

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