Las lecciones del 1Dmx

AutorJuan Corona, Arturo Sierra y Daniel Pérez

La orden era que nada se saliera de control como aquel 1 de diciembre, el llamado 1Dmx, cuando los anarquistas desplegaron violencia tras la toma de posesión del Presidente Enrique Peña Nieto.

Por eso ayer, Luis Rosales Gamboa, Subsecretario de Operación Policial de la Secretaría de Seguridad Pública, tomó el control de las acciones, desde el centro de mando y, cuando fue necesario, salió a la calle.

Desde las 5:00 horas, el llamado "Jefe Apolo" se alistó para encabezar el dispositivo.

Una hora después, arribó al segundo piso del edificio sede de la Secretaría de Seguridad Pública, en la Colonia Juárez, desde donde comenzó a coordinar las acciones del operativo.

Por las cámaras y los radio, "Apolo" se enteraba del arribo al Monumento a la Revolución de unos 9 mil integrantes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE).

Alrededor de las 11:00 horas, un grupo de anarquistas se unió a los inconformes, pero comenzaron a marchar hacia el Eje Central, al tiempo que los maestros iban sobre Reforma.

La tranquilidad de la movilización se rompió a puñetazos, pedradas, gritos y molotov.

Rosales Gamboa tomó la determinación de dirigir el operativo en la calle. Pidió autorización al Jefe de la Policía, Jesús Rodríguez Almeida, y se dirigió al Eje Central Lázaro Cárdenas.

Al recorrer la vialidad, junto con varios agentes, al Subsecretario de Operación Policial le lanzaron una bomba molotov, aunque alcanzó a esquivarla.

"Tenía que estar en la calle para mantener el operativo en orden y que no hubiera abusos de los policías contra los manifestantes", dijo el mando, al tiempo que se quitaba su gorra.

Así, caminó hasta Izazaga, donde arrestaron a Jesús, de 17 años, quien cuidaba dos guacales de madera con 70 petardos, 2 envases de plástico con 10 litros de gasolina, 40 bombas molotov y 20 cohetes.

Antes de las 14:00 horas, unos 9 mil integrantes de la CNTE decidieron no acudir a Los Pinos y cambiaron su recorrido hacia el Congreso de la Unión, donde se instalaría el periodo de sesiones de los diputados federales.

Para ese momento, los escudos de unos mil policías, entre granaderos, preventivos y de la Auxiliar esperaban, además de los maestros, a unos mil anarquistas.

"A ver, a todos los elementos, no caigan en provocaciones, respeten a los manifestantes", pidió Rosales Gamboa por uno de los tres radios que tiene a su cargo.

Los reportes por la frecuencia de la SSP no cesaban, y el mando daba órdenes a los cinco jefes de región...

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