Lázaro Azar/ Gurrola y su Verismo Cinematográfico
| Autor | Lázaro Azar |
Mucho se especulaba, antes de la función del jueves 14, sobre cómo reaccionarían ahora los operópatas ante "las irreverentes mariguanadas" de de Juan José Gurrola, iconoclasta hombre de teatro, cuya anterior colaboración con la Compañía Nacional de Opera provocara una de las rechiflas más enardecidas de que el Palacio de Bellas Artes tenga memoria.
Aquella histórica ocasión fue hace nueve años, cuando Gurrola presentó por primera vez su mexicanizado montaje de la Cavallería Rusticana (1890) de Pietro Mascagni (1863-1945), que ahora vuelve a dirigir en un programa doble en el que también se ofrece su versión de otra breve página de la lírica italiana, La noche de un neurasténico (1959), segunda ópera radiofónica de Nino Rota (1911-1979), compositor fundamental para el desarrollo de la ópera en el Siglo 20.
A diferencia de Cavallería... que se estrenó en México al año siguiente de su composición (¡qué tiempos aquellos en que éramos vanguardistas!), La noche... fue estrenada en nuestro país hace apenas unos meses, el 26 de octubre del año pasado, dentro del marco del Festival Arte 01.
Esta noche, La noche... fue el vehículo ideal para envolver al público en el humor negro y la mordacidad exacerbada de Gurrola. Más bien, "preparó el terreno". Ocho personajes propician las vicisitudes que "el neurasténico", representado con gran tipo por el polifacético Armando Mora, padece para conciliar el sueño; de ellos, Hernán del Riego es quien destaca por su capacidad actoral y Mario de Hoyos, quien roba la atención con su chispeante caracterización del amante... de la lencería exótica y el sometimiento masoquista.
Uno de los primeros guiños que nos brinda esta puesta lo hallamos en los edredones, que ostentan el crédito "Blancos Figueroa, Gurrola y Luna", en alusión al trabajo escenográfico creado por el Maestro Alejandro Luna, Tolita y María Figueroa, responsables también éstas últimas del vestuario utilizado en la ópera de Rota. Pieza buffa de gran agilidad, La noche... fue el afortunado y unánimemente aclamado inicio de esta velada en la que Gurrola rindió un -no muy velado- homenaje al cine nacional con su polémica recreación de Cavallería.
Tal vez porque ya sabían los tradicionalistas que esta propuesta les incomodaría decidieron no asistir. Como resultado, la taquilla estuvo bastante floja y al final Gurrola fue vitoreado por sus incondicionales como pocas veces, para escozor de sus escasos detractores ahí presentes.
Tras ver su propuesta conviene...
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