Lázaro Azar/ Equilibrios y Apareamientos

AutorLázaro Azar

Que este fin de semana se escuchara por segunda vez en cinco días en la Ciudad de México el Concierto para piano en la menor, Op. 54, de Schumann, mueve a este articulista a externar varios comentarios al respecto.

No es la primera vez que este tipo de coincidencias se dan entre las diferentes orquestas que enriquecen nuestra oferta musical. De hecho, raro es cuando sucede entre cualquiera de las cuatro principales (a saber, la Orquesta Sinfónica Nacional -OSN-, la Filarmónica de la Ciudad -FCM-, la Orquesta Filarmónica de la UNAM -OFUNAM- y la Orquesta Sinfónica Carlos Chávez -OSCCh), y cuando se da, bien querría que en lugar de resultados "equilibrados" -como pasó ahora-, se dieran a cambio mejores apareamientos.

Esto va porque el fin de semana antepasado (Oct. 27 y 29) la OSN prefirió dedicar más ensayos a la "jaladora" Novena de Beethoven que los dos de 45 minutos que dio al Concierto de Schumann. No se precisa ser muy perspicaz para adivinar que al pobre solista, literalmente, lo dejaron morir solo en tanto que la orquesta se perdía en imprecisiones de afinación y entradas -más notoriamente en el Allegro vivace-, al menos durante la función del día 29.

Por el contrario, la OFUNAM fue más disciplinada y eficiente, calificativo este último que comparte con su solista, Jean Louis Steuermann, quien cumplió con corrección pero no hubo más. Le faltó esa subjetiva dualidad entre la poesía y la pasión, entre el Eusebius y el Florestan schumannianos que sí sacó a relucir Leonid Kuzmin hace ocho días.

Pero si tan pocos ensayos le dedicó la OSN a un solista tan valioso (¿confiarían que porque él si se sabía su parte, por ósmosis ellos también?) me resulta injusto e incomprensible enterarme que para este viernes 3 que fue la final del "Concurso Angélica Morales-Yamaha", suprimieran el ensayo del lunes aduciendo que eran "conciertos que la orquesta ya se sabía". ¡Quién les dijo! Fue penoso el desconcierto ahí presenciado. A la batuta invitada, rutinaria y poco cuidadosa de lo que hacían al menos los dos primeros contendientes se sumó la actitud de fodonguez de los atrilistas, que evidenciaban su hartazgo finisexenal y su falta de entusiasmo. En una palabra, su pereza.

Tendrá ésta algo que ver con los programas que integran esta temporada de complacientes "Hits de la Música" que sólo parece perseguir una mayor afluencia de asistentes en demérito de cualquier conquista artística. Nuevamente, ese "éxito" fácil sólo refleja la flojera (¿o estupidez?)...

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