Lázaro Azar / Pärt, el iluminado

AutorLázaro Azar

La cuadragésima emisión del Festival Internacional Cervantino (FIC) ha sido extraordinaria, al menos en cuanto a las figuras internacionales que nutrieron su programación de música de concierto. Además de felicitar a su directora, Lidia Camacho, quiero reconocer la labor del equipo de programación que capitanea Jaime Márquez así como a Gabriela Juárez, invaluable atando todos los cabos.

La cereza del pastel fue la presencia del compositor estoniano Arvo Pärt (1935) el viernes 19 en el Teatro Juárez durante el concierto en su honor que brindaron el Coro de Cámara Filarmónico de Estonia y la Orquesta de Cámara Tallin, concertados por Tönu Kaljuste, a quien más que considerarle el máximo especialista en su música, Pärt considera, por afinidad y cercanía, su hermano... "siamés".

Las localidades estaban agotadas aunque no todos sabían a qué habían ido. Ante la conmoción suscitada cuando el Maestro Pärt apareció en el palco de la directora del FIC, el grupito que estaba delante de mí salió de dudas sobre quién sería aquel frágil y tímido viejito barbón con la pragmática respuesta de uno de sus integrantes que afirmó con entonación culichi: "saabe... pero Malova no es".

Diversas dotaciones nutrieron el programa para hacer sonar Fratres, el Cantus a la memoria de Benjamin Britten, Adam's Lament, y dos de sus obras sacras de mayor calado: Salve Regina y Te Deum. "Su música es hipnótica, maravillosa" coincidían, emocionados, los fans de quien transitara afanosamente buscando su voz por tantas vanguardias que, tras reconocer como "callejones sin salida", hoy es aclamado como máximo representante del Minimalismo sacro. "¡Cuál muy bonita, si a mí todo suena igual!" sentenció alguien a quien no convenció ni el estreno de Virgencita, esa miniatura a capella que Pärt trajera como presente a los mexicanos.

Si bien su mirada rebosaba emoción, fue su proverbial parquedad la que imperó al aceptar la presea que le concediera el FIC, limitándose a agradecerla a nombre de su país y sus músicos, "without them, I'm nothing". Eufórico, el público le agradecía en varios idiomas y justo se retiraba del escenario cuando escuchó "we love you", soltó el brazo de Lidia Camacho y regresó al micrófono para decir con expresión de...

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