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Lázaro Azar / Honrar, honra

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Vincent
AutorLázaro Azar

Pocas veces como este sábado he experimentado un estado de ánimo que, al intentar definirlo, podría parecer que estoy enunciando un oxímoron: jubilosamente conmovido. He aquí la razón: como bien puntualizó Eduardo Diazmuñoz, concertador del Concierto Homenaje a Daniel Catán, una cosa es el duelo interno que en mayor o menor medida compartíamos cuantos colmamos Bellas Artes y otra, el gozo de ser partícipes de esta celebración por su vida y su genio creativo.

Tenía mucho tiempo de no ver tan llena la sala. Hasta en los palcos oficiales hubo público y no era para menos. Este postrer reconocimiento conminó lo mismo a los melómanos que no faltan a nada, que a parientes, amigos, colegas, funcionarios y más de uno de sus amores; ironías de la vida: ¿cuántos de los asistentes no tendrían, ahora, su primera exposición ante lo que hacía este hombre que, fiel convencido de cuál era su destino, su misión en la vida, abrazó el exilio ante la ineptitud y la desidia de quienes debieron apoyarlo?

Testigo privilegiado que fui de cómo se urdió esta celebración, de cómo se sorteó ese "problema de fondo" tantas veces señalado por Catán que es la "burocracia asfixiante que no les permite planear con anticipación" a nuestras instituciones culturales, considero mi deber compartirles algunos de los tropiezos que hubo que eludir para conferirle honor, a quien honor merece.

La idea de llevar este evento a cabo se puso en la mesa el sábado 30 de abril cuando, aprovechando su viaje a la Feria del libro de Los Ángeles, la presidenta del Conaculta se reunió con la viuda de Catán, Andrea Puente, quien le planteó que algo había que hacer en su memoria. Consuelo Sáizar le brindó su palabra de que "algo se haría".

Tenía la voluntad de hacerlo y eso, era algo que por primera vez veía en un funcionario. Se barajaron posibilidades, obras, elencos y hubo un solo nombre que por su cercanía afectiva y conocimiento de la música de Catán, no fue nunca puesto a discusión: se hiciera lo que se hiciera, Diazmuñoz debía concertarlo.

Ante esto y superando peleas pasadas entre Diazmuñoz y el Consejo que preside, Sáizar fue categórica: había que...

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