Entre lavadoras y balones

AutorJoani Cruz

MÉXICO.- Cuando Omar Mendoza se quita el uniforme de Cruz Azul, ese que hace ver como inmortales a muchos otros, queda un chico que, por pura naturaleza, tiene la necesidad de ayudar a quienes tanto le dieron.

No repara en transportar cargas de ropa o atender a los clientes que se paran en la lavandería y tintorería "JM", negocio familiar con casi un siglo de existencia, que atiende su padre, Roberto Mendoza, justo a unas cuadras del establecimiento de su madre, Patricia Martín, en la colonia Santa María la Ribera.

Ese esfuerzo no se puede comparar al que realizó desde los 10 años en las divisiones inferiores de La Máquina, o los ocho años que pasó en la Liga de Ascenso con el desaparecido Cruz Azul Hidalgo, peregrinaje que parecía no tener fin, hasta que le llegó su momento en Primera División, en 2015 y a los 26 años, una edad atípica para el futbolista moderno.

"Cada familia tiene sus complicaciones, para tener lo que tengo fue algo muy sufrido. De niño no tuve lo que ahora hay. En esos momentos fue difícil, me tenía que ir solo a La Noria, primero en metro y luego en tren ligero, llevaba una cangurera, un celular y nada más", explicó Mendoza a CANCHA.

El proceso fue tardado, requirió sacrificio, y comprehensión. Si la necesidad...

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