Larga noche de promesas

AutorJorge Ricardo

Parecía un sueño: México cambiaba esa noche del 1 de julio. Iba a cambiar más a partir del 1 de diciembre, cuando asumiera el cargo de Presidente. "Desde el primer día, vamos a cumplir todos los compromisos. No les voy a fallar. No se van a decepcionar", decía Andrés Manuel López Obrador, que esa noche, en el Zócalo, festejaba la más grande victoria de su vida.

En la cúspide de su carrera política, a sus 64 años, López Obrador festejaba prometiendo más cosas: "Desde el primer día, les digo, va a aumentar la pensión a los adultos mayores al doble. Y se va a garantizar que esa pensión sea universal, y que la reciban también los pensionados y pensionadas del ISSSTE y del Seguro. Desde el primer día de Gobierno todos los discapacitados pobres van a tener una pensión igual que la de los adultos mayores".

Las promesas de la "Cuarta Transformación" iban a cambiar de fecha de entrega. Pero entonces, miles y miles en el Zócalo agitaban globos y banderas de México, llevaban máscaras de plástico de López Obrador, muñecos de peluche con su figura, cantaban el Cielito Lindo, lloraban. Gritaban: "¡Sí se pudo! ¡Sí se pudo!". Tras 12 años de intentarlo, desafueros, campañas sucias y presuntos fraudes de por medio, era el grito que más definía la noche. "¡Sí se pudo! Hoy se termina una etapa y vamos a iniciar otra", gritaba el tabasqueño.

"Parecía un sueño", recuerda Isaac Esquivel, un fotógrafo que había seguido la campaña presidencial. Lo fotografió en el discurso en el Hotel Hilton, donde el político tenía sus oficinas, y por su propia cuenta lo siguió a pie hasta el Zócalo. Iba con su novia. Allá encontraron a ex compañeros de escuela, amigos, sumados al festejo, embriagados de fervor de una victoria sentida como propia. "Sentíamos que habíamos derrotado al sistema", dice Esquivel.

Había euforia en todo el Centro Histórico. Familias completas llegaban a festejar el triunfo. El nuevo Presidente prometía disciplina financiera y fiscal, respeto a los compromisos con las empresas, conducción por la vía legal, creación de empleos, fortalecimiento del mercado interno, no expropiar nada, desterrar la corrupción. Decía: "No apostamos a construir una dictadura abierta ni encubierta. Los cambios serán profundos, pero se darán con apego al orden legal establecido". "Cambiará la estrategia fallida de combate a la inseguridad y la violencia".

"¡Ganamos, carajo!", dijo el actor Damián Alcázar, cuando ya el Zócalo parecía una noche de fiesta del 15 de septiembre, pero...

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