Lado B/ Ir del Amor hasta el Zócalo pasando por la Panadería
| Autor | Marco Granados |
En los tiempos en que al parecer el Distrito Federal está ya en proceso de volverse finalmente una ciudad de fantasmas (ya el Santo poco pudo hacer algo contra eso, mientras Giuliani lo quiere intentar), inundada de basura, de inseguridad y sin agua ni otra cosa que hacer más que esperar a que el tiempo pase, apareció hace ya un tiempo el proyecto ABCDF, Palabras de Ciudad, un glosario visual, auditivo y textual en el que a partir de representar una serie de palabras mediante la propuesta de artistas, escritores y sus propios personajes y manías, se hace un recorrido por la cuidad más poblada del planeta.
Exhibiéndose desde octubre pasado y con permanencia hasta enero próximo, una selección de poco más de 60 piezas de la exposición original se encuentra en los espacios del Museo de Historia Mexicana. La muestra contiene fotografías, pinturas, videos, animaciones, imágenes digitales, sonidos, textos y objetos, entre otras cosas, y fue curada por Cristina Faesler y Jerónimo Hagerman. Más allá del carácter festivo que parece envolver a la totalidad de lo presentado, es posible hacer varios apuntes al respecto.
Quizás el meollo del asunto se centre en ese afán casi fetichista que propone a la capital y sus componentes como aquel lugar entrañable en el que todo mexicano debería querer vivir, o ya por lo menos visitar. Ese lugar idílico construido y soportado por milenios y que en los albores del Siglo 21 nos lo quieren re-presentar, para que nos re-enamoremos y re-encontremos con él y en él. Sin embargo, no deja de flotar en el ambiente y luego de ver la expo, una suerte de post-neo-mexicanismo que, por otro lado, es parte de ese aleccionamiento donde sin lugar a dudas se pretende que aun sin charros ni pistolas, el DF y los suyos queden inmortalizados y sirvan pues en la construcción de un nuevo estado de cosas.
La exposición fue acompañada desde el principio de un enorme libro que presenta la totalidad del material visual y de un CD ROM donde se encuentran sonidos, animaciones y otras cosas intentando hacer mucho ruido, finalmente parte de lo que de su venta se recaude se destinará a programas asistenciales (niños de la calle y otros por el estilo), redondeando un proyecto más romántico que artístico y sin embargo rico y complejo.
Por otra parte, en un extraña coincidencia, se presentaron este viernes un par de conferencias en las que el tema común fue el mismo: La Panadería, el cada vez más legendario espacio emergente de (otra vez) la...
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