Labores del campo como diversión

AutorSusana Vazquez-Mellado

Quizá llevemos genéticamente el gusto por el campo o puede que únicamente lo necesitemos como escape o distracción, lo cierto es que últimamente ha aumentado el auge por el turismo que remite de nueva cuenta a la naturaleza, a lo sencillo, y que además de reparador, resulte económico.

En varios países de Sudamérica se ha popularizado la modalidad de hospedar turistas en cascos de viejas haciendas, rústicas cabañas o casonas coloniales, para permitirles que participen u observen el desarrollo de distintas faenas propias del campo.

La intención primordial es que el huésped descanse y se la pase bien, sin embargo también fomentan el aprendizaje de algunas labores que los citadinos desconocemos, como las técnicas de cultivo y la cosecha de vegetales, cereales y frutos que consumimos, o el cómo se reproducen y se cuidan esos animales de los que sólo conocemos las suculentas rebanadas que sirven sobre nuestros platos. En estos lugares gran parte de la diversión es aprender, participar, ver cómo se hacen, para qué sirven y de dónde viene aquello que nos porporciona bienestar a los habitantes de la ciudad.

Nuestra Experiencia

La Asociación Paraguaya de Turismo Rural tiene diseminados diversos establecimientos por todo el país. Nosotros visitamos y nos hospedamos en la estancia de Santa Clara, ubicada a sólo 141 kilómetros de Asunción, la capial paraguaya.

Tomamos la ruta #1, después la desviación a Caapucú, donde esperamos un autobús y luego, entre una suave nube de polvo, recorrimos a pie los seis kilómetros restantes hasta la casona, rodeados por un agradable paisaje. Santa Clara no nos impactó desde ese ángulo, pero al cruzar las puertas del centenario casco, ¡todo cambió!

Valeria y Gustavo, los propietarios, nos recibieron e introdujeron en la amplia y fresca estancia. La casa por dentro estaba decorada con sencillez pero con gran calidad, con hermosos muebles que invitaban al reposo, objetos antiguos, reliquias y recuerdos que narran retazos de la historia de este valeroso pueblo.

Gustavo nos mostró espadas de la época de la Guerra de la Triple Alianza en la que Brasil, Bolivia y Argentina le dispustaron a Paraguay parte de sus territorios en Misiones y el Chaco, mientras entrábamos a la biblioteca donde una gran colección de libros y algunos juegos de mesa nos seducían para unas deliciosas noches en su compañía.

Las habitaciones eran igualmente frescas y sencillas, y ya una vez asignada la nuestra, nos reunimos con los demás huéspedes en el...

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