Laberinto del viajero frecuente

AutorAlicia Boy

¿Cuántas veces, antes de despegar, ha escuchado al capitán del avión decir: "agradecemos a los miembros de 'x programa de lealtad' el volar una vez más con nosotros?

Y no sólo eso: también en la sala de abordar es costumbre dejar pasar primero a los miembros "Oro" y "Platino" de las líneas aéreas.

Pertenecer a un programa de viajero frecuente ya no sólo le garantiza que algún día obtendrá una recompensa por su lealtad a la aerolínea, sino que también se ha vuelto un motivo de distinción.

La mayoría de las compañías en el mundo tienen programas de este tipo para sus clientes, y no se trata de una mera cortesía, pues con ello buscan conseguir lealtad de compra y ganar un espacio más en el mercado de la competencia.

En 1981 iniciaron los programas con el AAdvantage de American Airlines, que recompensaba a sus pasajeros únicamente con boletos de avión.

Después más líneas aéreas adquirieron esta estrategia y, en los últimos años, los beneficios se han incrementado y también las posibilidades no sólo de utilizar las millas acumuladas, sino de ganar al pagar o adquirir los servicios de algunos socios comerciales de la línea a la que usted está afiliado, como arrendadoras de autos, hoteles o bancos.

No pierda más millas

En su inicio, la mayoría de estos programas no tenía tantas restricciones para la acumulación y redención (canje) de millas; sin embargo, conforme más empresas fueron adoptándolos y más personas se afiliaron a ellas, las restricciones se incrementaron, pero también la posibilidad de uso de las mismas en otros servicios.

Estas condiciones de uso han hecho que sus miembros se enfrenten a la incertidumbre de lo que sucederá con las millas que tanto les costó juntar, pero no sirve de nada estar inscrito a un programa con las menores restricciones si es una línea por la que nunca vuela o si sus hábitos de consumo no lo favorecen.

A veces esto puede volverse complicado. Por ejemplo, para viajar a Washington DC, Aeroméxico tiene que traspasar los kilómetros a Delta, que solicita por lo menos 48 mil kilómetros; además, por volar con otra aerolínea hay que llamar cada 24 horas para ver si fue autorizada la compra. Una agencia de viajes difícilmente le ayudará porque no obtienen ninguna ganancia de esta búsqueda.

Lo importante en este caso es conocer a la perfección cómo funciona el programa al que está inscrito, y tener en mente su vigencia, los socios comerciales, las restricciones y, muy importante, las ofertas que generalmente vienen en...

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