Kosovo*: CorrupcióN Y Rezagos de La Guerra

Por Luca Pistone

Djakova, Kosovo, 9 Ago (Notimex).- Cuando todavía existía Yugoslavia, Kosovo era su provincia más pobre. Y lo sigue siendo incluso ahora que se ha separado de Serbia. Este pequeño estado de los Balcanes, después de la guerra que ensangrentó la región durante 3 años, sobrevive a base de economías paralelas y con frecuencia ilegales.

En esta zona con un tráfico ilegal de todo tipo de mercancías, las estatuas de combatientes en algunas plazas y las banderas del UÇK (Ejército de Liberación de Kosovo) se encargan de recordar los bombardeos y la limpieza étnica, que provocan frecuentes tensiones con la minoría serbia.

En los meses de verano, las calles se llenan de coches deportivos, de Mercedes y BMW, la mayoría conducidos por kosovares que emigraron principalmente a Suiza y Alemania y que vuelven a pasar las vacaciones en su tierra natal.

Ferita, una empresaria originaria de Kosovo, ha pasado los últimos 15 años de su vida trabajando en Suiza. Juntó un pequeño capital y volvió a casa para abrir un hotel en el centro de Djakova, parecido a una casita de los Alpes. "Siempre lo tenemos lleno. No me puedo quejar, aquí es fácil abrir un negocio y abundan las oportunidades. Comer es muy barato, y beber también. Se pueden hacer excursiones por la zona y no hay problemas de seguridad".

En Djakova, reformada y llena de locales a la última moda y de coches deportivos, Astrit, residente de esta ciudad, no se plantea mucho el futuro. En los últimos diez años ha trabajado como apoyo para periodistas y como traductor para las fuerzas de la OTAN, cuya presencia en la zona es cada vez menor.

La UE, desde 2008, ha destinado a Kosovo más de 700 millones de euros, un dinero que a menudo no llega donde debería. El Ãindice de Percepción de la Corrupción de 2013, elaborado por Transparencia Internacional, revela que Kosovo es junto con Albania el Estado más corrupto de los Balcanes (en la escala mundial, ocupa la posición 111 de 177 Estados).

Alrededor de una mesa con enormes bandejas de carne a la parrilla, su mujer, Arrita, toma la palabra. "Mira esta foto", me dice, mostrándome el retrato de una hermosa y elegante mujer. "Es Mimoza Kusari Lila, nuestra alcaldesa. Y también el jefe de Estado es una mujer, la presidenta Atifete Jahjaga, y tiene solamente 39 años. ¿Te lo hubieras podido imaginar?".

Una imagen que contrasta con los tractores y los coches antiguos de fabricación eslava, como el Zavasta Jugo, que bloquean el camino a los brillantes...

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