Kofi Annan/ Cómo puede ganar el mundo la batalla contra el sida

AutorKofi Annan*

Ante la amenaza mundial que representa el VIH/sida, se pueden cometer dos errores. Uno es subestimarla o hacer caso omiso de ella. El otro es ceder a la desesperación. El primero sólo puede calificarse de irresponsable.

Ningún continente, ninguna sociedad y ningún grupo social es inmune a este flagelo. Ya han muerto 22 millones de personas y la cifra de 3 millones del año pasado fue la más alta hasta el momento. Día a día y en todos los países mueren adolescentes y niños. También mueren sus padres, adultos jóvenes en lo que debería haber sido lo mejor de la vida.

En algunos países africanos, actualmente está infectada la cuarta parte de la población; la epidemia está diezmando la fuerza de trabajo y los avances de décadas de aumento sostenido de los niveles de vida y la esperanza de vida se están perdiendo rápidamente. Lo mismo ocurrirá pronto en países de otras partes del mundo (Asia, Europa Oriental y el Caribe), a menos que adopten de inmediato medidas drásticas.

Sin embargo, se puede hacer algo. No tiene sentido ceder a la desesperación porque no somos impotentes ante esta epidemia.

Incluso los países pobres y de ingresos medios se pueden proteger mediante una combinación de prevención y tratamiento, como han demostrado Brasil, Senegal y Tailandia. Hasta los países más gravemente afectados pueden hacer frente a la enfermedad y contener su difusión, como demostró Uganda.

En los últimos meses, el mundo por fin ha reaccionado. Las empresas farmacéuticas internacionales, respondiendo a la opinión pública mundial y a la competencia de los fabricantes de productos genéricos, redujeron drásticamente el precio de los medicamentos antirretrovirus y otros medicamentos para tratar el sida en los países más pobres. Ofrecer tratamiento médico a las personas infectadas en esos países ya no es un sueño imposible.

En Africa, los dirigentes políticos han encarado el problema como nunca lo habían hecho hasta ahora.

Hace dos meses, en la cumbre de países africanos celebrada en Abuja, Nigeria, percibí un nuevo espíritu de urgencia. Todos los países representados se comprometieron a aumentar la proporción de recursos que dedicaban a la salud en general y al VIH/sida en particular.

En Abuja, enuncié cinco objetivos fundamentales para la lucha mundial: primero, tenemos que evitar que la enfermedad se siga difundiendo, sobre todo enseñando a los jóvenes a prevenirla.

Segundo, debemos detener la más cruel de las infecciones, la que se transmite de la madre al...

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