Carl Knight, Luck Egalitarianism. Equality, Responsibility, and Justice.

AutorFatauros, Cristi

Carl Knight, Luck Egalitarianism. Equality, Responsibility, and Justice, Edinburgh University Press, Edimburgo, 2010, 250 pp.

Una de las discusiones más importantes del debate contemporáneo sobre teorías de la justicia se da en torno a la determinación del papel que desempeña la suerte en la distribución de cargas y beneficios. Así, en la denominación "igualitarismo de la suerte" se han agrupado filósofos que tienen en común la idea de que las porciones distributivas de las personas deben neutralizar los factores azarosos. Ni la distribución de talentos que hace la "lotería natural" ni la posición social en la que nacen los individuos son factores por los que las personas son responsables; por lo tanto, son factores moralmente arbitrarios y se deben neutralizar. Esta corriente surge del trabajo de Ronald Dworkin (1981a y 1981b), quien realiza una importante distinción entre la "suerte bruta", que de ningún modo se puede considerar resultado de una apuesta deliberada, y la "suerte opcional", que es resultado de una apuesta deliberada. De acuerdo con el ideal de tratar con igual consideración y respeto a todos los individuos, el individuo que asumió riesgos debe soportar la (mala) suerte, mientras que quien no asumió riesgos no debe soportarla. Sólo la (mala) suerte bruta debe ser compensada.

El libro de Carl Knight que se reseña reúne una serie de artículos que constituyen una importante contribución al debate y que son parte de su investigación doctoral en la Universidad de Manchester. El libro tiene una estructura tripartita y cada parte contiene dos capítulos. En la primera parte se examinan diferentes versiones del igualitarismo de la suerte, en la segunda parte se defiende que existe una versión del igualitarismo de la suerte que es la que mejor interpreta el valor de la igualdad y en la tercera parte se defiende que esta concepción es también la mejor teoría de la justicia. En seguida describiré de manera sucinta el contenido de cada capítulo.

En el primer capítulo, "Equality of Resources" [Igualdad de recursos], (1) el autor critica la teoría de Ronald Dworkin. Aunque la teoría de la justicia de Dworkin es capaz de adaptarse a diversas objeciones, Knight afirma que tiene graves deficiencias, ya que existe una fuente de desigualdad que se debería compensar y que no se toma en cuenta. El autor desarrolla el contenido de la concepción dworkiniana y señala qué desventajas son compensables según Dworkin, y, en particular, qué preferencias reclaman compensación. Dworkin sólo permite compensar las preferencias que se consideran deseos irrefrenables que los individuos no pueden controlar y con las cuales no se sienten identificados, es decir, que preferirían no tener. Knight evalúa la plausibilidad de las objeciones que Gerald Cohen (1989 y 2004) realiza a la concepción de la igualdad de recursos dworkiniana, y afirma que Cohen está equivocado porque supone que la concepción de Dworkin es objetiva, pero esto es incorrecto. "[E] n el centro de la igualdad de recursos existen mecanismos que exigen datos subjetivos" (p. 22).

Cohen afirma que Dworkin debería distinguir entre la responsabilidad y la suerte, y no entre preferencias y circunstancias. Para Knight, en cambio, la igualdad de recursos sí se preocupa por la suerte, y la razón que justifica compensar es la falta de responsabilidad, porque sería injusto o inequitativo no hacerlo. Sin embargo, como arguye Knight, la concepción de Dworkin puede superar estas críticas. Es más, cualquier teoría debe resolver el problema de tratar a las personas como responsables, y éste no es un problema exclusivo de la igualdad de recursos; por lo tanto, el problema se presenta tanto para las concepciones recursistas, que defienden un parámetro basado en recursos para medir la posición distributiva de los individuos, como para las concepciones no recursistas, que defienden un parámetro distinto (basado en el bienestar, en el desarrollo de las capacidades humanas u otro parámetro).

En "¿Qué es la igualdad? Parte 2: igualdad de recursos" Dworkin propone un esquema de subasta y seguro hipotético que distribuye y compensa las deficiencias de talentos y las discapacidades pero que, según afirman los críticos, no compensa completamente a las personas discapacitadas. En la visión de Knight, la teoría de Dworkin no es completamente insensible a las diferencias en talentos y capacidades. Existen desigualdades en recursos que provienen de la suerte bruta y que el esquema institucional dworkiniano es incapaz de compensar. Por ejemplo, Dworkin es incapaz de ofrecer una compensación suficiente al caso de personas discapacitadas que nunca tuvieron ni podrán tener igual cantidad de recursos que las personas plenamente capaces. Knight afirma que Dworkin advierte esta inconsistencia pero que las respuestas que podría brindar no son adecuadas (pp. 32-35). Objeta además que la igualdad de recursos sólo compensa en el caso de que las preferencias costosas sean involuntarias y percibidas como desventajas. Si se satisface el criterio de equidad y la posesión de preferencias costosas, aunque involuntarias, no se percibe como desventaja, entonces no se justifica compensar. Knight sostiene que este argumento es falaz, porque una desventaja como el hecho de ser mujer en un mundo predominantemente dominado por hombres hace que las mujeres tengan preferencias costosas involuntarias, pero, ya que no ven su constitución física como una desventaja que preferirían no tener, no pueden exigir compensación. Esta conclusión es contraintuitiva, pues debería compensarse cualquier desventaja...

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