Kathinka Evers, Neuroética: cuando la materia se despierta
Autor | Ricardo Tapia |
Cargo | División de Neurociencias, Instituto de Fisiología Celular, Universidad Nacional Autónoma de México |
224 RES EÑA S BIB LI OGR ÁFI CAS
Kathinka Evers, Neuroética: cuando la materia se despierta, trad. Víc-
tor Goldstein, Katz, Buenos Aires, 2010, 208 pp. (Katz Conocimiento,
3071).
Debido sobre todo al progreso de las ciencias biológicas y biomédicas, la bio-
ética surgió como una disciplina a caballo entre la filosofía, la ética, la biología
y la medicina, hace poco más de cuarenta años. En este contexto, la neuroética
tuvo que esperar tres decenios más para adquirir el carácter de subdisciplina
que ahora se le reconoce. Entre los factores que, sin duda, contribuyeron a ese
desarrollo está, en primer lugar, el extraordinario progreso de las neurocien-
cias, que ha aportado conocimientos sobre el funcionamiento del cerebro en
todos los niveles, desde el molecular, bioquímico y celular hasta el integrativo,
sistémico y cognoscitivo, suficientemente detallados como para dejar de consi-
derar como no científico, prematuro o imposible el estudio de los mecanismos
de la conciencia. Aunado a este avance, el advenimiento de técnicas no inva-
sivas para estudiar el cerebro en humanos despiertos y conscientes —en espe-
cial, la resonancia magnética funcional de imagen— ha permitido identificar,
aunque aún de manera preliminar, las áreas cerebrales que se activan cuando
se analizan problemas, se miente deliberadamente, se toman decisiones o se
realiza alguna actividad mental a petición del experimentador, como imaginar
una actividad física o un recorrido en una casa.
En su libro Neuroética: cuando la materia se despierta, Kathinka Evers, docto-
ra en filosofía que se ha dedicado a estudiar precisamente cómo los avances de
las neurociencias han influido en los conceptos de moralidad, libre albedrío y
conciencia, analiza diversos aspectos del tema, de la mano de neurocientíficos
tan destacados como Jean Pierre Changeux, a quien la autora cita profusa-
mente y reconoce como guía y proponente de muchas de las ideas principales
del libro.
Los sugestivos títulos de los cuatro capítulos que componen el libro son
“Cuando la materia se despierta: el espíritu abierto y sus enemigos”, “El cere-
bro responsable: el libre albedrío y la responsabilidad personal a la luz de las
neurociencias”, “La base neural de la moralidad: la pertinencia normativa de
las neurociencias” y “La responsabilidad naturalista: hacia una filosofía para la
neuroética”. Cada capítulo está dividido en cuatro secciones y termina con un
breve resumen, que resulta muy útil, pues el texto a menudo es un tanto farra-
goso. En el primer capítulo se revisa el advenimiento de la neuroética, siempre
en el marco de la ética; se hace énfasis en la división que sugirió originalmente
Martha J. Farah entre la neuroética fundamental, que se refiere al libre albe-
drío, a la naturaleza moral del hombre y a la conciencia del yo, y la neuroética
aplicada, que analiza los problemas prácticos como la ética en el uso de d rogas
que modifican la conducta y en la aplicación de las técnicas neurofisiológicas
o de resonancia con fines diagnósticos de alteraciones mentales. Se revisa la
historia de la neuroética y se presenta la conciencia como un producto de la
evolución biológica.
Diánoia
, volumen LVIII,número 70 (mayo 2012): pp. 224–226.
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