Karen Batres / Hermandad letal

AutorKaren Batres

Saïd K. Aburish es un periodista y autor de varios libros. Entre ellos, "Saddam Hussein: La política de la venganza".

El Sr. Aburish sabe de qué habla porque durante los 70 fue colaborador de Hussein, sirviendo de intermediario entre el gobierno iraquí y las empresas occidentales que fabricaban armas. Formó parte del equipo iraquí que intentaba operacionalizar un plan secreto de adquisición de armas químicas y una bomba nuclear.

Es difícil para el ciudadano ordinario darse cuenta de la enorme importancia que tuvo Hussein en el mundo árabe durante las primeras décadas de su régimen, con un plan de gobierno drásticamente diferente de los gobiernos cada vez más teocráticos que prevalecían en el resto de los países musulmanes de la región.

De acuerdo con Aburish, "La persona real [Hussein] no tiene ideología alguna... Quería conducir a Iraq al Siglo 20. Pero si eso quería decir eliminar el 50 por ciento de la población de Iraq, estaba dispuesto a hacerlo".

Por encima de todo, Hussein parecía promover su visión realpolitik al emprender la modernización de Iraq, sosteniendo el nacionalismo por encima de las teocracias que, de acuerdo con su perspectiva, mantenían a los demás países árabes en el más primitivo atraso a pesar de la riqueza petrolera. Esta visión sirvió de imán para un gran número de individuos comprometidos con el progreso de Iraq, como el Sr. Aburish.

Debajo de la superficie del aparato de poder político que Hussein desarrolló durante años de luchar y maniobrar, yacía la más escalofriante cosmovisión. Hussein es un estudioso y fiel seguidor de Josef Stalin, con quien comparte ciertas características reveladoras.

Stalin fue un líder que salió de los más humildes comienzos, un sociópata carente de ideología (de hecho, un sociópata por definición no puede guiarse por ideologías) pero muy capaz de usar las de los demás para avanzar su causa: adquirir el poder. Con los años, su sociopatología se tornaba cada vez más paranoide, hasta que acabó tal como está Hussein actualmente: rodeado de un pequeño grupo de incondicionales, atento siempre al más leve indicio de traición o vacilación, aferrado al poder y viviendo en un ínfimo mundo mental poblado de pesadillas, y ejerciendo el poder para mandar matar a miles y miles de rusos.

Hussein y sus hijos muestran una sociopatología que sólo puede ser el resultado de una cruenta crianza plena de horroroso maltrato psicológico y físico. Las lealtades en Iraq, según Aburish, se deben a la tribu y a...

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