Karen Batres / Exponencial

AutorKaren Batres

A la hora de escribir esto, las elecciones en Estados Unidos no terminan debido al gran número de votos por correo que faltan por contar.

Independientemente de los resultados, sin embargo, varias cosas son evidentes.

La primera es el número de personas dispuestas a votar en contra de sus propios intereses para un candidato, Donald Trump, que no ha hecho nada por ellas excepto a nivel visceral.

No es un fenómeno nuevo. El autor Thomas Frank, en su libro "¿Qué le pasa a Kansas?", analiza el peso de apelaciones a ideologías religiosas y emociones, hechas por candidatos que manipulan los sentimientos por encima de lo pragmático y realista.

Por otro lado, sin embargo, encontramos el predominio de la propaganda en el momento de decidir el voto de cada quien.

En parte, esto se debe a las áreas rurales donde el nivel educativo es menor que en las ciudades; no es un factor determinante absoluto, pero como describen los autores Deaton y Case en "Muertes por Desesperación", las personas en Estados Unidos que no tienen estudios universitarios padecen problemas que van en aumento desde hace varias décadas -desempleo o subempleo, pérdida de contacto social sólido debido a la disminución de sindicatos laborales, menor asistencia a iglesias, menos servicios de salud o ninguno, menos orgullo en su trabajo, y una falta de satisfacción vital.

La población del vecino país sin educación universitaria es más o menos dos terceras partes, pero los buenos trabajos disponibles que pagan bien exigen cada vez más un grado universitario.

La economía cambia y pide habilidades y conocimientos mayores; los que no entran en el esquema actual sufren consecuencias múltiples que los expone precisamente a lo que sucede: un aumento alarmante en muerte por sobredosis de opioides, por alcoholismo y tabaquismo, una muestra clara de la deprimente insatisfacción que padecen.

La vulnerabilidad a la propaganda se explica parcialmente por los elementos mencionados, pero hay que agregar en primer lugar las redes sociales como fuente de "información" que amplía el problema de forma exponencial entre todos.

Cada vez más se escucha que...

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