Kaká: El ministro de los goles

AutorRaymundo Zamarripa

Desde tiempos antiguos, la aristocracia, los reyes, músicos, poetas y otros grupos de "privilegiados" han pasado a la historia, en gran medida, por la forma en que derrocharon su talento, sus riquezas y echaron a perder su vida y, en muchos casos, las de sus allegados.

Alrededor de Enrique VIII, Nerón, Calígula, Rimbaud, el Marqués de Sade y otros célebres, pero infames personajes, existe una leyenda negra que sobrevive hasta nuestros días y, a veces, es más conocida que otros hechos de su existencia.

Por ello es refrescante que Kaká, considerado el mejor jugador de futbol del mundo (recibió recientemente el Balón de Oro en Francia), sea un chico que, más allá de regodearse en su fama, resulte ser más bueno que el pan.

Por el buen camino

Dicen que el que no agradece poco, no agradece nada y esta frase le queda que ni pintada al jugador brasileño quien en el Mundial de Futbol de Corea-Japón, en el 2002, se coronó campeón con la selección "verdeamarelha" y sólo jugó 17 minutos en toda la justa.

En ese entonces, con tan sólo 20 años, Kaká, llamado Ricardo Izecson dos Santos Leite y nacido el 22 de abril de 1982, en Brasilia, vivía el sueño por el que muchos jóvenes alrededor del mundo serían capaces de vender su alma al diablo.

Sin embargo, contrario a lo que comúnmente ocurre con los grandes nombres del balompié que encuentran la gloria, y sin tener que aislarse de los privilegios y las relaciones que surgen cuando un futbolista tiene su "boom", Kaká ha sabido fincar su éxito profesional en sus valores y su filosofía.

Su historia se parece a la de muchos otros "cracks" que, luego de formarse o ser descubiertos en un equipo local, llaman la atención de las potencias del balompié europeo y de las marcas que los patrocinan para hacer de ellos súper estrellas dentro y fuera de las canchas.

Lo que diferencia a este brasileño de 25 años de David Beckham, Cristiano Ronaldo, Wayne Rooney y compañía, es precisamente su imagen como niño bueno del futbol; su historia de amor casi de telenovela y su activismo religioso.

Jesucristo, yo estoy aquí

La estrella del Milán ha vuelto su signo personal, tras anotar un gol o celebrar una victoria, el despojarse de la camiseta de su equipo para revelar otra en la que se leen mensajes como "I belong to Jesus" ("Pertenezco a Jesús") o "Jesus loves you" ("Jesús te ama").

Cristiano evangélico desde los 12 años, Kaká no ha dudado nunca en hacer de su fe una postura abierta y el factor clave de su figura pública.

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