K-19 The Widowmaker: El cambio que no llega

AutorErnesto Diezmartínez

Cómo ha cambiado Hollywood. Hace unos 15 años una película como K-19 (K-19: The Widowmaker, Alemania-GB-EU, 02) hubiera sido una extravagancia: ¿una cinta en donde los protagonistas son un grupo de marinos soviéticos?, ¿un filme en donde Harrison Ford (¡Indiana Jones, nada menos!) encarna a un estricto capitán de un submarino ruso?, ¿una historia en donde la Madre Patria de los héroes no es Nueva York sino Stalingrado? En este nuevo siglo los rusos han dejado de ser una amenaza para Hollywood y se han convertido en compañeros y socios en el mundo del cine, reflejo de lo que sucede en el mundo real ( la inteligencia rusa compartió información con su contraparte americana en la reciente campaña contra Al-Qaeda). Aún más: los rusos de ahora son buenos amigos y sirven como ejemplo de patriotismo, honor y sacrificio.

Ahora resulta que si no fuera por unas decenas de valientes marinos soviéticos, se hubiera desatado una Tercera Guerra a inicios de los 60.

El guión de K-19 está basado en hechos reales que la gerontocracia rusa mantuvo en secreto durante varias décadas. Después de la caída del Imperio Soviético, el sacrificio de la tripulación del submarino nuclear K-19 se hizo público y la revista National Geographic (coproductora del filme) lo dio a conocer en uno de sus números.

La historia tiene que ver con el submarino K-19 del título, que fue enviado a una misión de prueba al Círculo Polar Artico en 1961. El comandante original del K-19 era el rebelde capitán Polenin (Liam Neeson), quien es sustituido de último minuto por el más confiable capitán Vostrikov (Ford, con un absurdo acento dizque ruso), un burócrata seco y estricto que chocará con Polenin, pues éste permanece en el submarino como segundo en el mando.

Después de cumplir con la misión establecida, el K-19 es enviado a patrullar frente a las costas de Nueva York, pero en el camino ocurre una desgracia: las pésimas condiciones del armatoste provocan que el reactor nuclear esté a punto de estallar. El K-19 es seguido muy de cerca por un acorazado americano, así que el posible accidente nuclear podría causar una guerra si los estadounidenses creen que el accidente no fue tal sino una acción de guerra deliberada. Por lo tanto, Vostrikov tendrá que pedirle a sus marinos que entren a arreglar el reactor sacrificando sus propias vidas, con tal de salvar a la Madre Patria de un posible ataque estadounidense. Por desgracia, parece que uno que otro ruso no está...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR