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¡Justo a tiempo!

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Vincent
AutorUlises Gutiérrez y Bonifacio Núñez

Siete meses y tres días tuvo que esperar Pumas y su afición para disfrutar una victoria en Ciudad Universitaria, la cual llegó ayer acompañada del boleto a la Liguilla, donde ya los espera el América.

Los felinos culminaron el milagro de clasificar a la Fiesta Grande al derrotar 4-2 a Monterrey, la última de las cinco combinaciones que necesitaban en la Fecha 17 para terminar como el octavo lugar de la tabla y por ende ir a la postemporada.

Y es que la suerte fue completa para el cuadro de la UNAM, al caer León y Querétaro, empatar Santos y ganar Pachuca, todo estaba puesto para que un triunfo sobre Rayados los trepase al barco del título del Apertura 2014.

La mayor interrogante era si el equipo se impondría a la sequía de triunfos en el Estadio Olímpico Universitario, esa que desde el 20 de abril pasado le ponía el pie una y otra vez al anfitrión para no registrar más que decepciones.

Pero apenas se dio el silbatazo inicial y las dudas se acabaron, todos los auriazules salieron a comerse a un rival ya clasificado a Liguilla desde antes y que con una defensa endeble colaboró para el triunfo felino.

El reloj marcaba el minuto 16 cuando el local ya tenía tres goles a favor, primero Dante López, le siguió David Cabrera y finalmente Eduardo Herrera, festejos que dejaron como anécdota el tanto rayado de Omar Arellano, también en ese lapso.

El 3-1 parcial le dio más tranquilidad y ambición al equipo de Guillermo Vázquez, y con esa postura mantuvo el asedio al arco rival, resguardado por un Jonathan Orozco que con buenas atajadas evitó una derrota más holgada.

Al 44', Cándido Ramírez, ex puma, elevó unos grados el suspenso al poner el 3-2, pero no fue más que un susto, pues para el complemento, exactamente al 64', llegó el cuarto tanto auriazul, obra de Herrera por vía penal.

El juego se definió para ese entonces, sabiendo que el boleto era suyo, Pumas bajó las revoluciones y apostó por el control del balón, mientras Rayados intentó, a medias, jugadas a la ofensiva que le dieran un tercer tanto.

Los minutos restantes lucieron más por entrega de la afición universitaria a su equipo, los "¡Goyas!" y "¡Cómo no te voy a querer!" iban por...

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