El juego es la mejor escuela

AutorSara Patricia Maldonado

En ocasiones los padres de familia y maestros olvidan que jugar, más que ser una distracción, es una de las mejores herramientas para lograr un desarrollo intelectual, social y afectivo completo.

Ahora que sus hijos vuelven a la escuela, ponga mucha atención en una de las materias más importantes: el juego.

Para los niños el juego es cosa seria. No juegan sólo para entretenerse, sino porque es una manera de investigar y comprender el mundo. Un pequeño sano disfruta jugando y experimenta placer al representar las situaciones de la vida real en sus juegos y al repetirlas cuantas veces quiera.

En sus juegos, como en los sueños, todo es posible. Jugar e imaginar son actividaders que le sirven para exteriorizar sus miedos o angustias y llegar a dominarlos.

Los niños que muestran más actividades fantasiosas tienen niveles más altos de inteligencia y de rendimientos académicos.

La psicoanalista Jenny Pavisic, especialista en terapia de juego, explica que "el juego compromete la totalidad del ser humano y en el caso de los niños es una actividad natural, propia de la infancia".

Así como los padres construyen un hogar con amor y trabajo, los niños viven jugando. "El juego los ayuda en todos los ámbitos de la vida, les facilita aspectos como su socialización, la evolución del esquema corporal y la percepción sensorio-motriz. Los niños se integran a la vida a partir del juego".

Es muy importante que usted juegue con sus hijos o les facilite los medios para ello. Para un niño todo es juego:

"Si un niño es obligado a dejar a un lado la actividad lúdica se verá trastornado en todo su desarrollo, como un niño lisiado en la parte fundamental de su vida. Los niños transforman cualquier actividad en juego".

Para aprender a jugar con su hijo no es necesario ir a una escuela o tener un maestro en casa. Nadie mejor que papá y mamá para compartir el tiempo de juego.

"Lo mejor es que los padres recurran a su memoria, que recuerden cuando eran niños, ponerse en ese tiempo en el que disfrutaban tanto con la maravilla de jugar", explica Pavisic.

Si usted considera que su hijo no juega o no hace uso de su imaginación, puede optar por la terapia de juego

"Esta ayuda es necesaria cuando el niño tiene alguna problemática o algún cambio en su vida: la muerte de un ser cercano, la llegada de un hermano o su identificación sexual, y los juegos ayudan...

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