Un juego de niñez convertido en profesión

AutorErika Haro

Lo que fue su pasatiempo de niñez se convirtió en su profesión; desde pequeña Alicia de Jesús Ukami Franco tomó los lápices de colores para jugar y ahora continúa con éstos luchando por una mejor procuración de justicia

Desde los 10 años, la joven diseñadora industrial observó a personas que habían sufrido algún delito y quería algún día ayudarlas, no arrestando a los presuntos delincuentes sino colaborando con los investigadores.

Esther Franco Becerra llevaba a su hija al trabajo, el área de copiado de la Procuraduría estatal, le daba colores para que se entretuviera y la acompañara, por lo que Ukami Franco fue aprendiendo poco a poco a dibujar personas.

Perfeccionando técnicas con las clases y cursos que tomó, ahora, la pequeña niña que tenía la ilusión de ayudar a las personas es una perito en retrato hablado de la Subprocuraduría A.

En 1999 apareció una convocatoria para ingresar a la Academia de Policía y Transito y cursar durante nueve meses materias en Ciencias Forenses, principalmente criminalística, a donde entró y junto a 32 personas más se graduó como perito especializado.

Aunque en un inicio pensó que ingresaría a trabajar directamente a la Procuraduría, la joven entró al Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses, donde durante tres años y medio se desempeñó en el área de retrato hablado hasta hace poco que se cambió al lugar donde su mamá trabajó por cerca de 22 años.

"Se necesitaba agilizar el trámite, porque las personas llegan a poner su denuncia y ya no quieren ir a otra institución o entretenerse más tiempo y teniendo aquí a una persona de planta inmediatamente se les hace el retrato inclusive mientras hacen otros papeleos de la declaración, se desocupan más rápido, también tienen la memoria más fresca", comentó la perito.

Para obtener un porcentaje alto de fidelidad en el retrato de una persona, explicó Ukami Franco, necesita primero sensibilizar y tranquilizar a la persona que le va a proporcionar la descripción, después ir dibujando la cara y mostrársela a la víctima, para corregir y finalmente colorearla para darle realidad a la imagen.

"Una ventaja que tengo es que por ser mujer, pues nosotras las mujeres tenemos más tacto, somos más hábiles para el trato social, también por eso les damos un poco más de consideración a las víctimas, como por ejemplo se están tratando mejor los casos de violación o con menores".

"Lo básico para nosotros son ojos, nariz y boca para el retrato hablado y ya lo demás como que se da su...

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