Juana Inés Dehesa / Sosias

AutorJuana Inés Dehesa

Dígame la verdad, ¿no le da gusto verse al espejo todas las mañanas y ver que no es usted igualito a Manlio Fabio? ¿O que su rostro no guarda similitud ninguna con la de... ponga usted, Dolores Padierna? Piénselo bien. Seguro sí le da gusto.

No, todavía no me vuelvo loca. Es que resulta, y seguramente usted vio la nota y eligió no creerla, que un candidato a diputado anda buscando afanosamente a su doble. Así merito, así como lo lee: el candidato por el Partido Verde a diputado por Veracruz, Renato Tronco Gómez, anunció hace unos días un concurso cuya finalidad es la de encontrar a su doble. Es que miren, si recuerdan sus clases de geografía nacional de la primaria, Veracruz es ese estado como muy largo, el que está pegadito al agua que no es el océano Pacífico, sino el otro, ¿sí ubican? Bueno, pues así las cosas, díganme ¿cómo le va a hacer el pobre hombre, que según la foto que salió publicada en este periódico no tiene más medio de transporte que un caballo que se ve más reacio que recio, para galopar de una punta a la otra de su estado de manera cabal y suficiente para conseguir el triunfo electoral? Se antoja francamente difícil. Cualquier otro mortal, probablemente hubiera sucumbido ante tamaña empresa, pero es claro que los políticos del Verde están hechos de una madera muy distinta; don Tronco, sin arredrarse, decidió ver una oportunidad donde todos los demás vieron un problema y salió con su ideón: encontrar a un doble -o varios- que lo sustituyan en los actos de campaña.

La idea no es nueva. La figura se...

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