Juan Villoro / '¿Era para hoy?'

AutorJuan Villoro

¿Qué papel hizo México en Beijing? Papel de China. Fuimos a Oriente a decorar la fiesta.

Hay que agradecer a Dios -desde ahora conocido como Supremo Taekwondoín- que cuatro atletas hayan salvado nuestra honra en el país del dragón.

Estas preseas demuestran triunfos culturales. No ha sido en vano que los autobuses foráneos recorran el territorio nacional proyectando películas de Bruce Lee. Quienes nos quejamos con pedantería de esa programación debemos reconocer que se trata de un programa motivacional. Eso sí, se requiere de individuos excepcionales para sacarle provecho.

Las medallas de oro confirman que México es bueno para las tareas de soledad y sufrimiento (como el taekwondo y la literatura). El bronce en clavados sincronizados es menos significativo desde el punto de vista olímpico, pero resulta esperanzador desde el punto de vista comunitario: es lo más cerca que hemos estado de triunfar en un deporte de equipo. Que dos mexicanas se sincronicen en veloz picada es una prueba de que es posible llegar a acuerdos.

En México 68 ganamos nueve medallas. En esa misma justa España no ganó ninguna. Quienes teníamos parientes allá compadecíamos su atraso y su dictadura. El ejercicio a la española era una tarde de chorizos mientras se mataban seis toros, un triunfo de Estado del Real Madrid o una tertulia de puro y coñac en la que se dosificaban injurias por deportivismo.

Cuarenta años después, España obtuvo 18 medallas. En ese lapso nos convertimos en uno de los 10 países más poblados y uno de los 15 mercados más importantes. Por desgracia, en vez de obtener una cuota razonable de medallas -digamos, las 9 de 1968-, institucionalizamos la épica para transformar atletas en burócratas. La meta más rentable del deportista nacional no es una medalla, sino un puesto en la Conade.

Cuando Phelps concluyó su participación en Atenas, de inmediato pensó en Beijing. Después de recoger su octava medalla en estos juegos, voló a Londres para meter el pie en la alberca con la que soñará durante cuatro años. En cambio, el mexicano que triunfa suele tener como horizonte los cargos que ocupará como funcionario. Están, desde luego, las excepciones; algunos se convierten en buenos analistas y da gusto oír las exactas profecías con que Fernando Platas se adelanta a los jueces de clavados.

En muy pocos países, las turbulencias deportivas se transmiten de manera simultánea en dos canales abiertos. Para los medios, la competencia no está en las pruebas de pista y campo...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR