Juan Villoro / Tierra de zombis

AutorJuan Villoro

El gobierno panista murió intestado. No se sabe cuál será su herencia ni quién será el beneficiario. Miles de militantes han huido de sus filas. Quienes impulsaron la alternancia desaparecieron hacia sus ranchos o sus empresas, y acaso buscan consuelo en los ejercicios espirituales de Atotonilco o en alguna estudiantina.

Incapaz de formar mandos medios, el PAN no renovó expectativas ni anunció futuros liderazgos. Presentó homogéneos funcionarios con aspecto de sacristanes a los que el gel no conseguía modernizar.

La izquierda institucional se ha desdibujado de otro modo. Miguel Ángel Mancera gobierna el Distrito Federal con el sincero ánimo de no ser Marcelo Ebrard. Aunque podía suponerse, desde un principio, que se trataba de otra persona, el antiguo jefe de la seguridad capitalina desea subrayar que no es un clon ni un cachorro de su antecesor. Gracias a ello, ha logrado que pensemos mucho en Ebrard.

Cuesta trabajo saber si el Gobierno del DF es de izquierda, de derecha o de plástico. Su primer gran acto cultural en el Zócalo fue un concierto del elástico Chayanne. La actual administración baila por un sueño sin ideología y permite que se construyan edificios dignos de Kuala Lumpur. La especulación inmobiliaria no se ha sometido a plebiscito. En cambio, la voluntad popular se toma en cuenta para repartir parquímetros (algo que no debería ser una facultad discrecional de los vecinos, sino una estrategia orgánica para aliviar el tráfico y la abusiva usurpación de espacios públicos).

Todo indica que el PRD se siente cómodo con lo que tiene. La caída del PAN lo dejó en segundo puesto y no hay entusiasmo por que nuevos grupos se afilien al partido. Si el PAN está en desbandada, el PRD se relaja en un spa donde los saunas ya están ocupados y no hay toallas para nuevos socios.

¿Qué pasaría si los chinos descubrieran el turismo en masa? La hotelería mundial se colapsaría. Es posible que después de estudiar a la República Popular China, la izquierda burocrática mexicana haya llegado a la conclusión de que recibir nuevos miembros equivale a permitir que los chinos se instalen en todas partes. Lo cierto es que no muestra deseos de crecimiento ni promueve la afiliación.

La otra izquierda, Morena, hace ruido en diversos rincones del país en una especie de gira de la onda grupera, donde el ánimo es encomiable, entre otras cosas porque resulta muy superior a la posibilidad de gobernar.

Peña Nieto tiene opositores desteñidos y el Pacto por México hace...

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