Juan Villoro / El silencio de Poseidón

AutorJuan Villoro

Cees Nooteboom viajó por primera vez al extranjero al estilo holandés: en bicicleta. Desde aquella incursión a Bélgica, el desplazamiento ha sido su taller. Cuando consiguió trabajo en un barco carguero, se enteró de la función que le corresponde a un artista en la tripulación: limpiar los baños. Para sobrellevarla, escribió crónicas de los sitios donde tocaba tierra. Así se transformó en un pasajero literario capaz de convertir las molestias y las peripecias del trayecto en estados del alma.

En el verano de 2013 Nooteboom cumplirá 80 años sin alterar sus hábitos de viajero frecuente. En los últimos cinco meses ha pasado 12 días en Ámsterdam. Mientras el correo se acumula en su casa, colecciona asombros en desiertos, mares y esquivas librerías. Si la perplejidad fuera un oficio, Nooteboom sería el mayor profesional del gremio.

Su libro más reciente, Cartas a Poseidón, reúne prosas breves en las que informa al dios griego del curioso estado del mundo. Como suele suceder con un destinatario místico, no hay misivas de respuesta.

En una de sus obras más sugerentes, Tumbas de poetas y pensadores, Nooteboom visita en compañía de su esposa, la fotógrafa Simone Sassen, las últimas moradas de quienes han dicho todo pero aún revelan algo desde el más allá: "Cuando se trata de tumbas, todo es irracional. Llevamos flores a nadie, arrancamos los hierbajos para nadie y aquel por quien vamos no sabe que estamos allí. Sin embargo, lo hacemos. En algún rincón secreto de nuestro corazón albergamos la idea de que esa persona nos ve y se da cuenta de que seguimos pensando en ella. Pues eso es lo que queremos; queremos que los muertos reparen en nosotros, queremos que sepan que seguimos leyéndolos, porque ellos nos siguen hablando".

Dialogar con autores muertos fue un adiestramiento para escribirle a Poseidón. Nooteboom desempolvó su libro escolar de griego clásico, viajó por el Mediterráneo contemplando estatuas del dios y escogió muy bien lo que debía decirle. Los dioses son impacientes y conviene ahorrar palabras. Poseidón, el más temperamental de todos, nunca estará satisfecho. Su hermano Zeus lo superó en poderío y Atenea lo derrotó como deidad de Atenas. Irascible y lujurioso, Poseidón desató tempestades y convirtió la teodicea en un problema de alcoba. Si en sus novelas es expansivo, en estas cartas Nooteboom condensa al máximo lo que debe decirle al "divino aguafiestas".

Poseidón creó el caballo con un golpe de tridente. Fue su mejor regalo para los...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR