Juan Villoro / Perdone a su candidato

AutorJuan Villoro

En México la ilusión supera con creces a la realidad. Sin embargo, en la campaña a la Presidencia la esperanza pasa apuros: hay cuatro alternativas pobres. Esto no quiere decir que la democracia esté perdida. Votar por el menos malo puede significar un cambio histórico. Aunque vayamos a las urnas con apatía, es posible que ese voto desmayado tenga una inaudita repercusión.

El movimiento "Yo soy 132" surgió como un tónico contra la inmovilidad. Las redes sociales son un avispero donde zumban las consignas anti-Peña Nieto. El PRI ya perdió en la realidad virtual. Habrá que ver cómo influye eso en el mundo donde los votantes salen de la casilla con el pulgar de color morado. En México, la conectividad a Internet no llega al 30 por ciento, pero el impacto de las redes puede ser decisivo en una contienda cerrada.

"Yo soy 132" ha condenado los abusos de poder: la telecracia, el retorno del PRI, el sexenio sangriento de Calderón, la falta de alternativas ciudadanas. No se trata de un movimiento a favor de los partidos convencionales, pero acabará por favorecer a uno de ellos.

Todo indicaba que la contienda ocurriría en el reino de los zombis, donde las cosas ya ocurrieron y los fantasmas son reiterativos. La fractura social provocada por 12 años de panismo reclamaba un antídoto desesperado: el regreso del PRI. Después de 12 años sin brújula, el antihéroe parecía necesario para imponer orden. Un graffiti resumía la situación: "Que se vayan los ineptos y que vuelvan los corruptos".

México era el País de lo Ya Sucedido cuando el movimiento "Yo soy 132" mostró que las sorpresas son posibles. El jueves 31 de mayo amanecimos con las siguientes preferencias electorales, según la encuesta de Grupo REFORMA: 38 por ciento para Peña Nieto y 34 por ciento para López Obrador (con 23 por ciento de indecisos y Vázquez Mota en picada). En mi opinión, lo más significativo de este reajuste es que no depende de las actitudes de los candidatos sino de la progresiva conciencia crítica de la sociedad civil.

En un país políticamente deficiente, no se vota para celebrar al menos malo sino para perdonarlo. "¿Qué defectos sobrellevas mejor?", ésta es la pregunta del momento.

¿Es posible que Peña Nieto reciba absolución? Durante 71 años su partido gobernó con impunidad, retrasó el acceso a la democracia, unificó sus cambiantes ideologías bajo el sello del cinismo y creó una mafia intocable, la Gran Familia Revolucionaria. El PRI de Peña Nieto es el de Mario Marín, Ulises...

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