Juan Villoro / Contra el miedo

AutorJuan Villoro

El 14 de febrero de 1989, el ayatolah Jomeini dio a Salman Rushdie un nefasto regalo de San Valentín: la fatwa que ponía precio a su cabeza. El novelista se convirtió en héroe de la libertad de expresión. Lo mismo ocurrió con Roberto Saviano, que desafió a la camorra napolitana. En México, una mujer ha querido que la pluma sea más fuerte que la espada.

Lydia Cacho fue secuestrada después de la publicación de Los demonios del Edén, que descubría redes de pornografía infantil. El gobernador de Puebla, Mario Marín, y el empresario de origen libanés Kamel Nacif fueron descubiertos en un plan para amedrentarla y torturarla. Todo México oyó las grabaciones en las que parecían recitar parlamentos de un perturbado dramaturgo, pero no se hizo justicia. Cacho relató los sucesos en Memorias de una infamia. La autora ha recibido el Premio Ginetta Sagan de Amnistía Internacional, el Guillermo Cano de la UNESCO y el yo Dona, en España. En Cancún está al frente del CIAM, albergue para mujeres y niños maltratados. En este centro excepcional fui testigo del proceso de sanación de las víctimas. Le pregunté a un niño de seis años qué era lo más valioso que había aprendido ahí: "Descubrí que tenía emociones", dijo. Hasta entonces, el sentimiento significaba para él una amenaza.

Cacho acaba de publicar Esclavas del poder, donde investiga las redes de prostitución y el tráfico de mujeres en cinco continentes. La yakuza japonesa, las mafias rusas, el "triángulo dorado de la droga" en Afganistán, la economía de sombra de China, las bodas con niñas de 13 años en Palestina y el lavado de dinero en los paraísos offshore forman parte de un entramado donde la sexualidad se somete a los caprichos del poder.

La globalización ha traído un nuevo tipo de esclavitud. Miles de mujeres son llevadas a países donde las despojan de sus documentos. Esta supresión de la identidad se considera un delito menor y sin embargo permite la compraventa mundial de esclavas. A largo plazo, la principal repercusión de los trabajos de Lydia Cacho ocurrirá en la esfera del Derecho. Sólo con una nueva legislación se frenará la manipulación de personas.

Esclavas del poder se sirve de la técnica de "periodismo de inmersión" con la que Günter Wallraff reveló las condiciones de vida de los inmigrantes turcos en Alemania. El recurso ha sido polémico. ¿Hasta qué punto puede alguien adentrarse en un ambiente ajeno? Cuando un periodista finge una identidad para ser testigo clandestino, la historia de...

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