Juan Pedro Oriol / Lo TAI está de moda
| Autor | Juan Pedro Oriol |
No, no me refiero a la comida Tailandesa ni al concepto gastronómico Tai, que aunque últimamente esté gozando de buen prestigio en nuestra sociedad no creo que sea tema para esta columna dominical.
El Trastorno Adictivo a Internet -TAI por sus siglas- es la adicción que ha crecido en los últimos años y cada vez se arraiga más en la población mundial que tiene acceso a la tecnología del momento. Y ahora que estamos a punto de comenzar un largo periodo vacacional, sería bueno tener en consideración que lo que comienza por un simple pasatiempo puede llegar a convertirse en una actividad adictiva que puede ser peligrosa.
Según un grupo de especialistas estadounidenses, se considera ya un problema psiquiátrico pasar horas pegados a la computadora y navegando por la Red. Se estima que 30 millones de personas en el mundo son adictos a los chats, a las redes sociales cibernéticas y a los blogs personales. Según la Asociación Mexicana de Internet, en el País existen unos 17 millones de usuarios de Internet mayores de seis años. Y aunque los estudios de tal asociación no determinan en qué momento se considera a esta actividad como un "algo" patológico, sí llegan a mencionar que debería existir alerta roja cuando el uso del Internet interfiere de modo significativo en las actividades habituales o normales de cualquier persona.
Es el cuento de nunca acabar. Los avances tecnológicos siempre tendrán sus pros y sus contras. El chiste está en aprender a usarlos, a utilizarlos como medios y no como fines. Si una persona pasa horas al día frente al monitor de la computadora, navegando por Internet, chateando, enviando correos o jugando en Línea, olvidándose de cumplir con sus obligaciones y fomentar sus relaciones personales, puede considerarse un "ciberadicto" y necesita urgente ayuda.
Me encantó leer la frase comercial de una famosa librería mexicana, escrita en un espectacular: "Menos face y más book". Y qué buen consejo para los chavos con los que platico a diario y quienes me cuentan cómo esta Red social acapara el interés de todos y a diario.
Este tipo de ventana virtual que tiene empalagadas a unos 130 millones de personas alrededor del mundo, sí, es capaz de reducir distancias y dar algo de continuidad a una amistad o a una relación familiar. Pero si se le ve como el único medio para interactuar con los demás, olvidándose de la llamada telefónica, del cafecito, la salidita al cine o al parque, o de la cerveza en el bar, eso sí resulta preocupante.
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