Juan Pedro Oriol / Francisco en Armenia

AutorJuan Pedro Oriol

Hace una semana, el Papa Francisco estaba por concluir un viaje apostólico que quizá no recibió la cobertura que hubiéramos pensado; qué lástima, porque la visita del Santo Padre a Armenia ha dejado muy clara la proximidad que existe entre las dos Iglesias, la apostólica armenia y la católica.

Este fue el mensaje central que el Papa Francisco pronunció durante la Divina Liturgia en la catedral armenia de Etchmiadzin, pocas horas antes terminar su visita: "Sigamos la llamada de Dios a la plena comunión y aceleremos el paso hacia ella; que la comunión entre las Iglesias orientales y Roma sea plena".

La región del Cáucaso. Situada entre dos continentes, en una privilegiada zona estratégica tanto para Europa como para Asia, Armenia es una nación de identidad milenaria riquísima, pues sus raíces culturales son orientales y occidentales al parejo. Fue el primer país que decretó el cristianismo como religión de Estado. Y su historia está repleta de episodios de luz y también de oscuridad, como el genocidio armenio realizado por los turcos durante la Primera Guerra Mundial, donde se exterminó más de millón y medio de armenios, incluidos ancianos y niños.

Juan Pablo II ya había visitado esta nación en 2001. Desde entonces, el esfuerzo ecuménico del Vaticano ya se consideraba inaudito. Pero este viaje ha quedado registrado como el de mayor progreso ecuménico.

Una vez más, el ecumenismo ha sido el sello del pontificado de Francisco, que él se encarga luego de estampar con sus viajes, sus palabras y pensamientos.

Un poco de historia ecuménica. Fue hace 20 años cuando el patriarca armenio Karekin I y Juan Pablo II firmaron una declaración conjunta donde se resolvía una discrepancia entre católicos y armenios sobre la naturaleza de Cristo. Disputa doctrinal antigua. El documento dejaba en claro que ambas confesiones siempre habían creído lo mismo y que las diferencias eran más culturales y de precisión lingüística. De entonces a la fecha, la esperanza ha ido creciendo, porque parece que no existe otro obstáculo para la plena comunión que no sea la discrepancia en reconocer a Roma y al primado del...

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