Juan Pedro oriol / Los dos Papas
| Autor | Juan Pedro oriol |
Enorme interés mediático ha provocado la película "Los dos Papas".
Joseph Ratzinger, después Benedicto XVI, me recuerda a mis años de estudiante en la Universidad Gregoriana de Roma. Casi todos los días, cuando volvía al seminario después de la Universidad, veía desde el autobús al Cardenal Ratzinger cruzando la plaza de San Pedro con su portafolios de cuero ya desgastado por los años, caminando despacio, saludando con amabilidad a quienes se encontraba. Parecía mucho más un cura de pueblo que el Cardenal Prefecto de la Doctrina de la Fe.
Años más tarde Ratzinger fue elegido Papa, nada más y nada menos que para suceder a Juan Pablo II "el grande". Tomó el nombre de Benedicto XVI. Entre sus cualidades más admiradas, destacan su enorme capacidad intelectual y su trato cordial y amable.
Su pontificado duró siete años, diez meses y nueve días. Sorprendió al mundo con su renuncia. A todos, amigos y no tan amigos. Pero lo que sí sabemos es que tomó esa decisión con absoluta pureza de intención delante de Dios. Y lo sabemos por la actitud tan respetuosa y ejemplar con la que ha llevado su vida desde entonces. "Soy un peregrino que inicia la última etapa de su vida y quiero rezar y trabajar con todas mis fuerzas interiores por el bien de la humanidad y de la Iglesia". Cero reflectores, cero intromisiones, cero intereses. Para él lo importante era -y sigue siendo- cerrar su peregrinación por este mundo ante Dios, rezando y trabajando interiormente. Para mí como sacerdote, ejemplar.
Jorge María Bergoglio fue elegido Papa al segundo día del Cónclave, apenas en la quinta votación. Era el único Cardenal jesuita de los 115 reunidos. Se convirtió en el primer Papa argentino.
"Los dos Papas" presenta la llegada de Bergoglio al Papado tras la renuncia de Benedicto.
Una película sin efectos especiales y en la que predominan escenas de diálogo y, aun así, está teniendo mucho éxito. Ni el mismo Netflix lo esperaba.
He preguntado durante esta semana a un buen número de personas, sobre todo a jóvenes, qué piensan de la película. Hasta ahora, ninguno me ha dicho que le ha hecho daño en su fe o que le ha dejado una mala imagen de la Iglesia. Más bien al revés.
La mayoría se queda con un buen sabor de boca al ver que los Papas son personas como cualquiera de nosotros, con su carácter y su personalidad, con su pasado y su lucha interior, que a veces discuten, que les gusta el futbol...
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