Juan Pedro Oriol / China y la Iglesia

AutorJuan Pedro Oriol

Por más grande que fuera la esperanza, lo que esta semana lograron la Santa Sede y el Papa con China, nadie lo podía imaginar.

Desde el sábado 22 de septiembre, Francisco inició un diálogo con las autoridades de China con la finalidad de encontrar su apoyo para el crecimiento ordenado y armonioso de la comunidad católica de ese país, que alcanza ya los 12 millones de fieles (divididos entre la iglesia oficial y la clandestina) y representa tan sólo el 1 por ciento del inmenso océano de la población. Una comunidad clandestina que sufre persecución y muerte desde 1949, cuando los comunistas ganaron el control de China.

La prensa mundial lo ha dicho: si San Juan Pablo II derribó el telón de acero propiciando la caída del Muro, Francisco ha comenzado a hacer lo mismo con el telón de bambú. Desde 1951, cuando se da la ruptura total, China representa para el catolicismo una de sus últimas fronteras. "La Iglesia en China no es ajena a la historia china ni pide ningún privilegio: su finalidad en el diálogo con las autoridades civiles es la de llegar a una relación basada en el respeto recíproco y en el conocimiento profundo", dijo el Papa en el mensaje que dirigió a los católicos de aquel país hace poco más de una semana.

El régimen chino se cebó especialmente contra los cristianos durante la dirigencia de Mao Zedong. Existe un documento del Partido Comunista que cuantificaba en 80 millones los muertos entre 1958 y 1961. El objetivo era aniquilar, borrar de la faz de la tierra toda huella de Dios para crear un hombre nuevo. En los laogai -campos de concentración chinos- murieron cientos de cristianos a causa de la enfermedad, el abandono y el hambre. Y conocemos tantos y tantos testimonios de fieles, sacerdotes, obispos y misioneros que lograron sobrevivir así 10, 20 años, sin renegar de sus creencias.

Hoy, vemos que la semilla de los mártires chinos da un fruto inmenso. El Papa Francisco ha conseguido lo que no se había logrado en los últimos 67 años: dar el primer paso hacia una relación cordial y de paz entre Beijing y Roma.

El acuerdo consiste en...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR